No soy yo muy dado a leer libros de Historia, sobre todo porque para eso hace falta tener buena memoria y retener los nombres de reyes que solo se diferencian en tener un palito más o un palito menos y porque además, memoria es algo que no tengo; pero a todos nos gusta que nos cuenten buenas películas (o series como el Ministerio del Tiempo) y si además la peli va de alguna gesta española, de esas que han caído en el olvido porque así somos, o mejor dicho, así han sido los responsables políticos, pues tanto mejor. Porque lo cierto es que tenemos tantas hazañas y tantos héroes en nuestro país, que si estos y aquellas fueran estadounidenses, ya se habrían rodado cientos de filmes sobre ello (y ahora estarían ya con los remakes). Pero, esto es lo que nos ha tocado.
Cuando me enteré del proyecto de este cómic algo prendió en mí. El nombre de María Pita siempre estará asociado a mis estancias veraniegas en La Coruña (mi abuela era de ahí) y no es raro encontrar comercios, pulperías, hoteles y demás establecimientos con ese nombre. Pero sobre todo, destaco la plaza en donde se encuentra su precioso ayuntamiento. María Pita es a La Coruña lo que el vino a La Rioja. También influyó en ese prendido de mecha el hecho de que el guion corriera a cargo de mi paisano César Herce, el creador de ese misterioso y oscuro personaje que es El conjurador de tormentas. Pero aún más me pudo la curiosidad de saber quién fue realmente Maria Pita.
Pues fue una carnicera a la que allá por 1589 le mataron al marido los cerdos ingleses en el saqueo dirigido por el pirata Drake. (Con lo del marido de la carnicera se me viene a la cabeza la canción de Rakel Winchester…) Esa es la versión corta. La versión extendida es la de que el año anterior la famosa Armada Invencible fue derribada (por los elementos, como sabemos todos, no por los pérfidos perros de la aún más pérfida Albión). Esta catástrofe quiere ser aprovechada por los ingleses atacando varios puertos españoles para evitar que España forje una nueva flota con las mismas intenciones que la de aquella que fue a parar al fondo del mar.
Los ingleses se las prometían felices cuando casi doscientas naves asediaban una pequeña ciudad con escasas defensas, pocos soldados y civiles (pescadores, arrieros, ancianos, mujeres…) sin experiencia en las cosas de lo militar y de la guerra.
Desde el principio, aun antes del asedio, comprobamos que María Pita no es una mujer cualquiera. Es fuerte, decidida y con un par de ovarios bien puestos en sus trompas. No se deja amedrentar por nadie y no le importa que le pongan pleitos. Lo que ella dice va a misa o así debería ser. Y esto se refleja no solo en la figura de nuestra gallega prota, sino también en alguna otra paisana que aparece a su lado. Y es que las mujeres gallegas eran las que se ocupaban de la casa, de los niños y de todo, mientras los hombres se jugaban la vida en el mar. César Herce ha sabido no idealizar ni tampoco empequeñecer a la carnicera. Es muy difícil en los proyectos “biográficos” saber lo que pertenece a la persona y lo que pertenece al personaje, distinguir entre lo que es leyenda engrandecida y lo que son los hechos reales. Incluso acaba mencionando en el contenido extra, que es de obligada lectura, que la famosa frase “Quien tenga honra que me siga” ni siquiera fue mencionada (aunque sí se incluye en el cómic y se hubiera liado parda de no haber sido así).
Pero también deja claro Herce que María Pita no intenta cuestionar el personaje ni su leyenda, sino dar a conocer los hechos al margen de los detalles, y los hechos son que María Pita sobresalió en su momento por su valor, coraje y el efecto que estos contagiaron a sus compatriotas hasta conseguir la victoria.
En definitiva un cómic con el que aprender y divertirse sin complicaciones. La historia de un saqueo frustrado. Uno de esos episodios que los ingleses se esfuerzan en borrar como si nunca hubiera pasado. Un cómic que parece un storyboard que daría para una buena peli de acción, pues acción es lo que se nos ofrece en todo momento, con un dibujo que le va que ni pintado. Un cómic que hace justicia a la Historia de este país y que rinde la debida pleitesía a una de tantas mujeres que han forjado el pasado de España. Un cómic con el que Cascaborra incrementa su colección de episodios y personajes históricos patrios y que cumple su objetivo de entretener aprendiendo. Un cómic que hay que leer y una manera cojonuda de descubrir nuestro pasado.