A veces la vida nos da sorpresas gratas, como que alguien se encuentre por casualidad un relato inédito de un autor ya fallecido. Eso es lo que le pasó a la crítica y académica Judith Glazer-Raymo, cuando revisaba los archivos de Sylvia Plath y se topó con Mary Ventura y el noveno reino, escrito en 1952, una década antes de su única y magistral novela, La campana de cristal.
Además de la suerte del hallazgo, la historia que hay detrás de Mary Ventura y el noveno reino lo hacen todavía más especial. Sylvia Plath lo mandó a la revista Mademoiselle y rechazaron publicarlo. Tiempo después, lo reescribió, una versión menos siniestra, pero tampoco quisieron que viera la luz. Y ahora, casi setenta años después, los lectores por fin podemos disfrutarlo, y en la primera versión, como debe ser.
No cabe decir mucho de la trama de Mary Ventura y el noveno reino, pues, en esta edición ilustrada, apenas alcanza las ochenta páginas, y contar demasiado sería contarlo entero. Solo diré que relata la historia de una chica joven llamada Mary, que es obligada por sus padres a subirse a un tren, cuyo destino es la parada que lleva por nombre el noveno reino. Comparte vagón con personas apáticas de rostros indistinguibles y pronto una de las pasajeras le hará sospechar que el noveno reino es un lugar misterioso… y horrible. Con una trama tan sencilla, Sylvia Plath consigue que no podamos apearnos del relato, ansiosos por saber, al igual que Mary, qué le espera en el noveno reino.
En su primera edición en español, este relato de Sylvia Plath viene acompañado por las ilustraciones de Mónica Bónet, que plasma el anonimato de los rostros y potencia el simbolismo de los colores: el rojo para todos aquellos elementos que Mary percibe como una amenaza, el azul para esos otros que le transmiten amor y esperanza. Para hacer redonda esta edición, el epílogo lo firma Mariana Enriquez, que, con su análisis, nos hace entender un poco mejor los elementos autobiográficos de Mary Ventura y el noveno reino.
Como bien apunta la escritora argentina, cuando Sylvia Plath escribió este relato, no era la Sylvia que escribió La campana de cristal. Aún era una estudiante brillante, empezaba a ser una joven desbordada y una escritora en busca de su voz. Pero, sin duda, en Mary Ventura y el noveno reino ya aparecían muchos de los temas recurrentes de su vida y de su literatura.
Habrá quien interprete ese viaje de tren como una alegoría al suicidio, una representación del sufrimiento de la enfermedad mental o, quizá, solo vean en Mary a una joven perdida como otras tantas a su misma edad. Puede que un poco de todo eso esté presente, y puede que mucho más. Y tiene mérito que haya tantas lecturas en un relato de extensión tan corta. Por eso decía que es una suerte que llegue ahora a nuestras manos Mary Ventura y el noveno reino, el relato inédito de Sylvia Plath. Una obra más para seguir profundizando en esta escritora desgarrada que quiso morir demasiado pronto.