Hay un libro de Joe Brainard, editado por Sexto Piso en España, que leí hace un par de años y que me encantó. Se titula Me acuerdo (Je me souviens, en su idioma original), como el libro del que hoy os hablo y en él, el autor francés realiza un ejercicio de memoria brutal, desgranando en sus páginas todos los recuerdos que su memoria le trae. Con frases cortas, todas con el mismo comienzo “me acuerdo”, Brainard atrapa al lector y lo sumerge en su propia memoria. Recuerdo que me costó muchísimo leer el libro. No porque no me gustara, sino porque cada vez que leía una de las frases de Brainard, venían a mi mente mis propios recuerdos y apenas era capaz de avanzar una página sin tener que anotar mis “me acuerdo”. Desde entonces llevo escritas bastantes páginas con mis recuerdos de esta peculiar forma y, sinceramente, me parece una forma bastante original de escribir nuestras memorias.
El escritor Jesús Marchamalo también colecciona me acuerdos. Se ha juntado con tantas memorias en esta peculiar forma que ha decidido publicar su propio libro de me acuerdos y a mí, que me gusta tanto esta idea y que me gusta tanto este escritor, este libro me parece un auténtico regalo.
Publicado por Papeles Mínimos y con prólogo de Felipe Benítez Reyes, podemos encontrar el libro disponible en cuatro colores. Además, entre sus páginas podemos descubrir las ilustraciones de autores como Eva Manzano, Fernando Vicente, Damián Flores o Carolina Díaz, entre otros.
Cuenta Felipe Benítez Reyes que Jesús Marchamalo siempre lleva consigo una libreta para lo que se tercie anotar. Imagino que esa libreta debe estar llena de me acuerdos y que los que recoge este libro deben ser tan solo una selección de esos recuerdos más tempranos de Marchamalo.
Mientras leía el libro, he ido marcando de entre los 499 recuerdos los que yo también comparto con el autor y los que más me han gustado. Van aquí algunos de ellos:
“Me acuerdo de que cuando decías: “Mamá, me aburro”, te contestaban siempre “pues cómprate un mono”.
“Me acuerdo de cuando nos sabíamos los teléfonos de memoria”.
“Me acuerdo de que cuando nos picaban los mosquitos hacíamos una cruz con la uña apretando sobre el grano”.
“Me acuerdo de que teníamos un lenguaje secreto con la pe: Tepe quieperopo mupuchopo”.
“Me acuerdo de las calcomanías”.
“Me acuerdo de que en las ferias vendían manzanas de caramelo”.
Podría seguir así un buen rato, porque comparto con Marchamalo muchos más recuerdos de los que pensaba. Y los que no compartimos me ha hecho especialmente gracia descubrirlos. Creo que conocer a una persona a través de sus recuerdos es una de las mejores maneras, o al menos, una de las más honestas.
Como este Me acuerdo de Marchamalo se centra en sus recuerdos de infancia y temprana juventud, espero que algún día se anime a sacar otro volumen. Estaré encantada de leerlo y volver a perderme en los recuerdos ajenos que consiguen traer a mi memoria mis propios recuerdos.
Hola! Me encanta tu crítica, pero el libro de Joe Brainard no es “Je me souviens”. Ese fue el escrito en primer lugar por Georges Perec, y del que Joe Brainard se sirve para redactar el suyo, cuyo título original es “I remember”.
🙂
Tienes toda la razón. Muchas gracias por el apunte 🙂