Reseña del cómic “¿Me estás escuchando?”, de Tillie Walden
Decía el poeta que “caminante, no hay camino, se hace camino al andar”. ¿Me estás escuchando? es un cómic cargado de simbología y referencias, de esas que te llegan sin apenas darte cuenta y que impregnan tu espíritu hasta que abrazas al libro al leer la última página. En las primeras páginas, debo admitir que me sentía tan perdida como las protagonistas. Mirando un mapa que se supone que debe orientarlas para cruzar Texas, pero que como reza la cita del poema de Adrienne Rich que da paso a la historia , no les sirve porque cada viaje lo realiza quien viaja.
Lou y Bea se encuentran huyendo cada una de sus circunstancias. Sí, al estilo Thelma y Louise, pero completamente diferente. No son amigas aunque se conocen. Saben y no saben hacia dónde van, pero de lo que ambas están seguras es de que les viene bien acompañarse en ese recorrido. Ambas están en un laberinto y son aliadas. En su proceso de duelo y sanación, se encontrarán con “monstruos” representados por unas entelequias a veces con forma de hombres que conducen una furgoneta de “Oficina de Asistencia en Carretera”. Hay tantas posibles interpretaciones que no voy a escribir ninguna. Lo dejo para los comentarios cuando lo hayáis leído.
También aparece un misterioso y encantador gato, que siguiendo con su tradicional y mágica condición de guía, les dirige hacia un lugar que no encuentran en el mapa pero que la gente a quien preguntan, reconoce. Es curioso, ahora que está tan de moda el termino “mapeo” y nadie sabe ir de un punto A a un punto B sin pasar por el maps, quede manifiesto que en los viajes que verdaderamente importan ni hay mapa que valga ni brújula que funcione. Solo la intuición y la escucha interna, seguida de la aceptación para transitar el dolor -y no un intento vano de esquivarlo- pueden llevarte a la salida del laberinto.
¿Me estás escuchando? Es la pregunta clave, la que organiza el paisaje, la que estabiliza las imágenes que se distorsionan por las ventanillas del coche, tan magistralmente tratadas por la autora. No puedo contar más en esta reseña pues haría un tremendo spoiler, pero sí apludiré esa ingeniosa representación de la negación en los procesos psicológicos o existenciales. Tillie Walden es una autora joven para mí ya pero con un recorrido profundo por la complejidad del espectro humano. No sé si es casual o elegido ese apellido, pero no puedo evitar pensar en Thoreau y su ensayo sobre la vida en los bosques del mismo título.
Con el exceso de información y datos actual, leer sobre la amistad y la empatía sin edulcorantes, calma el malestar. La culpa y las etiquetas están destruyendo emocionalmente como mínimo, generaciones enteras de chavales. Sirva este cómic para recordar una vez más que el giro copernicano que está pidiendo a gritos el paradigma educativo pasa por atender y poner oídos a la percepción y necesidades de esa juventud. ¿Estás de acuerdo? ¿Me estás escuchando?