Memorias de una viuda, de Joyce Carol Oates
En los medios de comunicación siempre se debate, de manera más o menos superficial, sobre la intromisión en la vida privada de las personas “públicas”, de los artistas en general. Si se exponen o no sus sentimientos, su vida cotidiana, sus parejas. Se cuestiona, en principio, cuánto es lo que cada personaje deja ver y cuánto es lo que le interesa mostrar de sus aspectos más íntimos.
Sin embargo, lo que no suele contemplarse es lo que cada una de esas personas decide mostrar a los demás, justamente el tema que predomina en este libro de Joyce Carol Oates. Acostumbrada a sus libros de ficción, esta es una obra íntima, profunda y muy personal. En 2008, luego de una repentina neumonía, Oates perdió a su marido Raymond Smith tras haber compartido una vida juntos. Ante este panorama, traumático y fatal, la autora comienza a transitar un duelo complejo y triste que decide volcar al papel a través de episodios cortos donde se mezclan hechos con pensamientos propios y de terceros.En general, siempre se apunta también a la morbosidad del público por conocer los hábitos, parejas y rituales que cada uno de estos seres tiene en su seno íntimo.
Es difícil clasificar la prosa de Oates a la hora de describir una situación tan delicada. El comienzo e devastador y desde ya, despierta la mayor tristeza en quien lo lee. La desesperación de la viuda, la pérdida repentina y el dolor agudo conmueven hasta al más frío y sólo se acrecienta con el correr de las páginas, a medida que el tema se expone en las cuestiones cotidianas.
Los espacios vacíos en la casa, las llamadas de los amigos, la voz del difunto marido en el contestador, la correspondencia del ser que partió… todo se une para formar un escenario desolador. Oates, que tantas veces ha expuesto en sus libros situaciones de dolor, pérdida y tristeza, se coloca en este caso al frente de la escena mostrándose vulnerable y solitaria y abriendo su privacidad al mundo para ser comprendida o consolada desde el silencio de cada sala en la que se leerá su libro.
Sin dudas, más allá de la experiencia personal, se cuelan entre las hojas de este libro algunas reflexiones sobre el matrimonio, el compañerismo y la historia construida en pareja que puede llevarse a la realidad de cada uno. En este caso, marqué una decena de páginas con frases y reflexiones interesantes sobre la mirada de uno sobre la pareja, la profesión y el sentido de la vida, que me llevaré más allá del estricto contenido del libro.
Si bien Joyce Carol Oates continuó luego de la gran pérdida (contrajo matrimonio nuevamente en 2009), el libro es sombrío y triste y no se focaliza en la renovación de la vida de la viuda sino en poder experimentar el duelo de la manera más digna posible, sin perder el raciocinio y la estabilidad emocional (en lo posible). Sin dudas, al ser un tema tan privado y complejo, la mirada del lector se posa solamente para ser un espectador y, como excepción, ahorrarse todo tipo de críticas al respecto. Al no ser ficción, nadie puede tomar parte de juez.
Georgina Marrapodi