Reseña del libro “Metazoos”, de Peter Godfrey-Smith
Filósofo de la ciencia y ¡buzo!, Peter Godfrey, famoso por su anterior libro Otras mentes, hace en Metazoos un recorrido por nuestros más remotos antepasados, en el que te da a conocer esponjas y corales, medusas, camarones y cangrejos, peces y sus queridos pulpos, insectos y otros animales pluricelulares, con el cariño y detalle del que es un experto apasionado del mundo animal. ¿Sufre la mosca cuando le arrancas las alas? ¿Y la margarita? ¿Siente dolor cuando le quitas sus pétalos uno a uno, musitando me quiere, no me quiere? Estas y otras dudas me llevaron al nuevo libro de Peter Godfrey-Smith: Metazoos. La evolución de la vida y el nacimiento de la consciencia.
Hasta hace no mucho, a la infancia apenas les administraban anestesia para operarlos (aunque se les paralizaba con un bloqueante muscular). Tampoco les suministraban ningún tipo de analgésico en el postoperatorio, ni en casos de cáncer. ¿Por qué? No es que los médicos fueran unos sádicos. Sencillamente estaban equivocados: creían que las criaturas no podían sentir dolor, porque no estaban lo suficientemente desarrolladas. Sorprende, ¿verdad? Y no, esto no ocurría en países en vías de desarrollo, ni tampoco hace siglos. Estos ejemplos de mala praxis son de EEUU hasta 1970.
El supuesto tradicionalmente imperante era que para sufrir, es decir, tener conciencia del dolor y en general, contar con cualquier tipo de conciencia (de un sabor o de un olor) un ser debe tener “capacidades cognitivas superiores”, tipo razonar, calcular o hablar. Como los bebés y los infantes no tienen desarrolladas esas capacidades, se pensaba que no sufrían. Y lo mismo se pensaba de animales no humanos, como orcas, delfines o gorilas. Por suerte, en la Declaración de Cambridge sobre la Conciencia de 2012 la comunidad científica dejó claro que ese supuesto era falso y hoy día se piensa que la conciencia está diseminada a lo largo y ancho del reino animal en diferentes grados. Sin embargo, ¿tienen conciencia todos los animales o solo algunos?
Seguramente piensas que los delfines o los chimpancés sí tienen conciencia. Quizás te cueste más decir lo mismo de una hormiga o una araña y más aún de una bacteria, de una seta o una zanahoria. ¿Dónde poner el límite y en base a qué? Como dice Peter Godfrey en Metazoos: “a menudo parece haber una especie de arbitrariedad en la situación”.
¿Por qué? Porque no puedes experimentar más que tu propia conciencia y la conciencia de otros la infieres solo a través de sus acciones. Piensa en lo que pasa cuando alguien se queja de algún dolor. Tú no puedes ver su dolor, no puedes ver eso que vive o experimenta por dentro quien tiene dolor. Lo único que puedes ver son sus reacciones al dolor, su expresión facial, sus gritos, sus intentos de huir. Por supuesto, nada de esto garantiza al 100% que tenga dolor, como demuestran los buenos actores. Sin embargo, es lo único que tenemos. Como afirma el autor de Metazoos, los científicos están de acuerdo en atribuir conciencia a un ser por su forma de actuar, pero no coinciden en considerar qué conductas exhiben o son reveladoras de conciencia.
Según Peter Godfrey, desde su punto de vista evolucionista, materialista y monista neutro no tiene sentido que las plantas, que apenas pueden moverse, tengan conciencia. La conciencia es un rasgo exclusivo del reino animal, porque hace posible ciertas acciones complejas que permiten la supervivencia. Sin conciencia, los animales no podrían realizar ciertas acciones y sin éstas, su capacidad de supervivencia sería mucho menor. Por eso, Metazoos pretende ser una especie de historia filogenética de la conciencia, un catálogo exhaustivo que rastrea la aparición de rasgos conductuales que requieran de cierta conciencia.
Me encanta lo que cuentas. Me anoto este titulo, creo que nos puede aportar mucho
El proyecto de este autor es tan apasionado como interesante. La lectura es muy detallada en algún pasaje, pero la información da tanto qué pensar… Ya comentarás si lo lees cómo lo ves 🙂
Gracias por el comentario!!