Reseña del libro “Metro 2034”, de Dmitry Glukhovsky
Continuación de la saga apocalíptica que Dmitry Glukhovsky comenzó en 2033 en el metro ruso y que nos sigue rescatando la editorial Minotauro.
El final de Metro 2033 dejó muchas heridas abiertas, por eso me aventuro una vez más en el subsuelo de Moscú, para ver si salen más monstruosidades a la oscuridad de las vías y se me rompen más esperanzas.
Adentrarme en Metro 2034 es hacerlo con el miedo de ser consciente de que voy a disfrutar de horrores nuevos y con el miedo a obtener información acerca de la suerte que corrieron los que se quedaron atrás.
Como podemos deducir por el título, ha transcurrido un año en la historia de los supervivientes del apocalipsis atómico, que malviven refugiados en el metro de Moscú y todos ellos están preocupados por lo que pueda estar ocurriendo en una estación que lleva incomunicada varias semanas, la Sevastopolskaya (desgraciadamente en esta continuación seguimos con los nombres difíciles de pronunciar, y me sigue costando muchísimo acostumbrarme). Hunter, el misterioso personaje al que conocimos brevemente en Metro 2033, se ofrece voluntario para comprobar qué les ocurre.
Sus compañeros de viaje serán un anciano llamado Homero, que quiere dejar por escrito todo lo que ocurre bajo tierra, y una adolescente, Sasha, que quiere encontrar su sitio en el mundo.
Mientras Homero trata de convertir a Sasha en su musa, Hunter verá su mundo cambiar a un ritmo que ni él mismo sabe si será capaz de soportar.
En Metro 2034 volvemos a quedarnos sin aire, a sentir claustrofobia y agorafobia al mismo tiempo, a no querer ver la luz del día y desear notar el aire fresco en la cara, a echar de menos las hamburguesas y el agua limpia y cristalina, las lavadoras, el aroma del café y todo lo que nos recuerde lo que antes tenía la humanidad.
Los humanos sigue sobreviviendo a base de hongos y fe en el futuro. Sobreviven y mal viven como pueden.
Afortunadamente, Metro 2034 no es una repetición de su antecesora, porque no repite cómo se organizan ni entra en detalles ya explicados. Como digo, eso se agradece, pero he echado de menos más información y poder cerrar heridas.
Es una continuación de tono neutro, es decir, no me ha sorprendido como la anterior pero tampoco me ha defraudado como para decir que no continúo. Más bien me ha dado la sensación de que cuando el autor escribió Metro 2033 no tenía en el pensamiento hacer una saga y aquí sí, por eso parece que no te cuenta todo lo que debería, como si dejara algo con lo que proseguir.
En definitiva, en Metro 2034 parece como si la historia y los personajes que nos muestran fueran necesarios para conocer y entender lo que está por llegar. Espero que en la última parte se cierre todo y me quede con la sensación de trabajo bien hecho y de tiempo aprovechado.
Me ha gustado conocer a Homero, con sus contradicciones, y por esa necesidad tan humana de querer dejar huella cuando ya no estemos en el mundo de los vivos.
Metro 2034 continúa la angustia de Metro 2033 y te deja con ganas de que llegue el año nuevo para conocer el destino final de sus protagonistas.