Reseña del libro “mi herida existía antes que yo. Feminismo y crítica de la diferencia sexual”, de Laura Llevadot
Laura Llevadot aborda desde la filosofía la controvertida cuestión de lo que queremos decir cuando nos referimos a “las mujeres” o cómo se nombra en la actualidad el “sujeto del feminismo”, que está polarizando los movimientos feministas. Busca posibles respuestas en este libro: Mi herida existía antes que yo. Feminismo y crítica de la diferencia sexual.
Deleuze acuña el concepto traducido como “acontecimiento” al hecho significativo que irrumpe en una existencia marcando un punto de inflexión. La crítica feminista tiene ese carácter de dotar de significación a lo que ocurre. Mi herida existía antes que yo es uno de los versos de un poema, cuyo autor, Joë Bousquet, comenzó a escribir poesía tras quedarse tetrapléjico. Laura Llevadot llama “herida” a la diferencia entre hombres y mujeres, pues los roles asignados existan antes que ella. Esta es “la herida del patriarcado”.
Cuando Simone de Beauvoir escribió El segundo sexo, asestó un duro golpe al patriarcado, mostrando que el género no es algo esencial, biológico o natural, como pretenden aún hoy algunos ultraconservadores, sino que se trata de algo cultural, es decir, es un concepto socialmente construido. Según la filósofa francesa, yo soy más sentimental y propensa a cuidar de los demás que un varón porque he sido socializada como “mujer”. No es mi aparato reproductor lo que me hace así, sino que estoy fuertemente condicionada o incluso determinada por la sociedad machista en la que vivo.
De Beauvoir y la mayor parte del feminismo blanco, es decir, sin revisión decolonial ni con las interesecciones que atraviesan nuestros cuerpos contempladas, se sitúa en la idea de que sí existe una diferencia sexual natural entre los cuerpos con vulva, identificados como mujeres y los cuerpos con pene, a su vez identificados como hombres. Pero un hito en el que se basa la autora es la teoría de Judith Butler y que fundamenta el desarrollo en Mi herida existía antes que yo. Defiende que la diferencia sexual hombre-mujer, lejos de ser una categoría biológica que representa un hecho del mundo natural, es un dispositivo bio-político, que impone el hecho social de la dominación y las violencias de lo masculino sobre lo femenino.
Una de las posibles formas de resistencia es deshacerse de la diferencia sexual. Hay que dejar de hablar el “lenguaje masculino”, que es el “lenguaje del amo”, y que sabemos con Audre Lorde que no sirve para cambiar “la casa del amo”. Su propuesta es la de ensayar otras maneras no patriarcales de hablar. Podríamos decir con Luisa Muraro que se trata de volver al origen, de recuperar la lengua materna. No coincide Laura Llevadot con la idea de la “escritura femenina” de Hélène Cixous, donde predomina lo sentimental y lo irracional, pues esto en realidad no hace más que reforzar el patriarcado, a su juicio.