Viajar es una de las pocas aficiones que gustan casi a todo el mundo. Viajar significa embarcarse en una nueva aventura, descubrir nuevos lugares, nuevas culturas y conocer a un gran número de diferentes y variadas personas. Viajar es cambio, es emoción, es autodescubrimiento, es libertad. Y es algo que siempre ha estado ahí. Hace dos mil años las personas también viajaban, tal vez no del mismo modo o con el mismo fin que lo hacemos ahora nosotros, pero desde los inicios de la Historia las personas se han lanzado a los caminos o carreteras para desplazarse en busca de otros escenarios. Es por todo esto, por lo que hay un innumerable número de libros de viajes publicados. Sin embargo, a pesar de ser una temática tan común, es probablemente la que genera obras más diferentes, ya que cada viaje es distinto. Los lugares pueden ser los mismos, pero la visión de cada uno es única, al igual que las motivaciones que llevan a iniciar el periplo y los conocimientos adquiridos.
“Lanzarme a la carretera —me refiero a dejarse llevar por la carretera—, cambió a la persona que creía ser. La carretera es caótica, tan caótica como la vida real. Nos saca de la negación y nos arroja a la realidad, nos saca de la teoría y nos arroja a la práctica, de la prudencia a la acción, de la estadística a las historias; en definitiva, nos saca de nuestras mentes y nos arroja a nuestros corazones. Junto con los peligros reales y el buen sexo, la carretera es una de las cosas que te hacen estar cien por cien vivo en el presente.”
Como decía, el género de las crónicas de viajes tiene innumerables obras destacadas, pero hoy os voy a hablar de un libro que en los últimos meses ha ganado en popularidad: Mi vida en la carretera, de la periodista, escritora y activista, Gloria Steinem. La repentina popularidad del libro se debe a la serie Mrs. America que cuenta la historia de varias mujeres, entre ellas, la autora de esta joya y especialmente a que los temas que Steinem trata a lo largo de las 300 hojas del libro están más de actualidad que nunca: las desigualdades de género y raciales.
El libro está dividido en siete capítulos principales en los que la autora va desgranando los distintos descubrimientos y conocimientos que ha ido adquiriendo a lo largo de toda una vida de viajes, primero en familia y luego de manera independiente como periodista y como activista. A lo largo de todos ellos, además de las reflexiones de la propia Gloria, iremos “escuchando” las opiniones y conocimientos que las personas que se ha ido cruzando le han aportado: taxistas, camioneros, auxiliares de vuelo, periodistas electorales, otros activistas… el libro es un compendio de anécdotas propias y ajenas que engancha porque está lleno de humanidad y de realidad. Gracias precisamente a la vida nómada de Steinem desde su más tierna infancia y a la de las personas que conoce, el libro es de lo más dinámico y no aburre en ninguna de sus hojas. Pero además, te lleva a reflexionar y a querer saber. Gracias a Mi vida en la carretera descubrimos los primeros pasos y condiciones de las mujeres en profesiones eminentemente masculinas como la de política o la de conductora de camiones; conocemos a pioneros de distintos sectores como a la primera mujer negra en ser senadora; descubrimos algunos monumentos especiales y bastante desconocidos como los túmulos indígenas; y aprendemos valiosas lecciones como la gran importancia que tiene escuchar.
De entre todos los capítulos, es el que aborda los orígenes de EE.UU. y de las tribus que allí convivían en paz hasta la llegada de los colonos europeos, uno de los que más me han interesado, por ser un tema bastante desconocido y por la pasión con la que Gloria nos cuenta como ella misma fue descubriendo e interesándose más y más en las raíces de su país. Otro de los asuntos que más me ha gustado leer ha sido el de la competencia por las primarias del Partido Demócrata entre Hillary Clinton y Barack Obama. La autora destripa cómo vivieron estas elecciones los ciudadanos estadounidenses y los periodistas y cómo estos últimos, metieron mano para recrudecer la batalla. Es además muy interesante vivir desde “dentro” cómo funcionan las campañas electorales, tema que Steinem narra con conocimiento propio.
“No sólo debemos votar, sino luchar por votar. La cabina electoral es realmente el único lugar del mundo donde los menos poderosos se igualan con los más poderosos. […] En realidad, no sabemos qué decisiones del presente condicionarán el futuro. Pero tenemos que actuar como si todo lo que hacemos importara. Porque podría ser así. Como decía mi madre: «La democracia es una semilla que sólo se puede plantar allá donde estés».”
En definitiva, Mi vida en la carretera se trata de una autobiografía de viajes físicos y mentales apasionante, humana y de lo más entretenida de una de las periodistas y activistas más populares de Norteamérica, que nos hará querer guardar cada página en nuestro cerebro para no olvidar las valiosas lecciones de vida que esta nómada con curiosidad real por el mundo que la rodea ha querido compartir con todos nosotros.