Reseña del libro “Mil razones para quererte”, de Violeta Reed
¿Recordáis cuál fue mi mejor lectura del verano? ¡Sí! Cien razones para odiarte. Me marcó tanto que a pesar de haber leído otras novelas después no me he podido sacar de la cabeza a los protagonistas, sobre todo a Marcos. ¡Ay, Marcos! ¿Qué tienes que a todas las lectoras nos has vuelto locas? Pues muy fácil: Violeta nos ha presentado a un crush con el aspecto de ese dios griego llamado Henry Cavill. Además, Marcos es un buen tío. Es majo, es detallista, es pícaro, es un poco chulo, tiene un pasado duro, fue un adolescente estúpido y engreído al que conocimos en los flashbacks de ese primer tomo, le gusta hacer rabiar a Elena, pero es sincero y está enamorado hasta las trancas de mi tocaya.
La cosa acabó bien pero… a pesar de haberse sincerado el uno con el otro al final de ese primer volumen, y reconocer que ambos estaban enamorados, Marcos debe volver a Londres y Elena tiene que quedarse en Madrid para comenzar sus prácticas como veterinaria. Entonces… ¿funcionará la relación a distancia? ¿Y qué hay de Amanda y Lucas? ¿Y de Bruno y Blanca? ¿Y Carlota y su italiana?
En Mil razones para quererte todas esas dudas son resueltas. ¿Y el enganche? A ver, no ha sido ni medio normal. Sinceramente, el libro me ha durado 48 horas. Lo que yo he tenido ha sido una obsesión, lo reconozco. Y después de terminar el libro he llorado de pena por despedirme de los personajes, ya que se les coge cariño absolutamente a todos. Siempre llevaré en mi corazón a Marcos y a Elena y ansío volver a leer a Violeta Reed.
De hecho, puedo decir que Violeta es una de las autoras más simpáticas y cercanas con las que me he topado. Se hace querer, al igual que sus personajes. Su prosa es natural, ligera, divertida y sexy. Y ella, solo ella, ha sido capaz de crear un crush tan real y atrayente como Marcos.
Pero, ¿qué nos ofrece este segundo tomo? Algo que he añorado es el enemies to lovers brutal que hallamos en el primer libro, pero como es obvio, ese amor/odio ya no existe y aunque hay jueguecitos entre los protagonistas para picarse, eso ya se ha perdido. Pero bueno, se ganan muchas otras cosas, ¿eh? Esta continuación nos muestra la vida de estos dos enamorados entre Londres y Madrid. Seremos testigos de lo duro que es mantener una relación a distancia, lo mucho que el uno y la otra se echan de menos en los buenos y los malos momentos, de sus llamadas y videollamadas, y de las espléndidas escenas subidas de tono que surgen entre los dos de forma inesperada y natural tanto a distancia como en persona cuando se reencuentran.
La verdad es que todos los capítulos se devoran en un segundo por la cantidad de diálogos que encontramos. Además, esta segunda y última parte se centra principalmente en la importancia de la relación de pareja, en la unión y la fortaleza entre ambos para conseguir que una relación funcione y supere los obstáculos que aparecen en el camino. Que si se quiere se puede, solo hay que poner de cada parte y no perder la chispa. Hay que darlo todo por el otro. Hay que olvidar el pasado y construir un presente y un futuro de la mano y formando un equipo.
Por otro lado, este libro también nos habla del valor de la amistad y nos adentra más que el anterior tomo en la vida de personajes secundarios como Blanca, Bruno, Carlota, Amanda y Lucas. Nos muestra todas las situaciones que tiene que afrontar cada uno de ellos y nos acerca a las situaciones que les van a hacer madurar y replantearse su vida.
Por último, la ambientación es mejor aún si cabe que la que tuvimos en Cien razones para odiarte, ya que ahora no solo estamos en Madrid, sino que todas somos Elena y viajaremos de la mano de Marcos a Londres donde recorreremos sus calles, barrios y librerías.
En resumen, Mil razones para quererte es un cierre magnífico de una bilogía, Mis razones, que no olvidaré en mi vida y que permanecerá en mi corazón para siempre. Sí, me he puesto ñoña, pero esto es lo que siento y así es como me siento. Y tú, Violeta Reed, sabes que yo y tropecientas mujeres más nos hemos enamorado de Marcos por tu culpa y ahora le añoraremos mucho.
Solo decirte que yo sí tengo mil razones para quererte por todo lo que me has hecho sentir y vibrar con esta historia y espero, de corazón, volver a leerte pronto y que nos sigas regalando hombres como Marcos y mujeres como Elena, como Amanda, Blanca, Carlota o Lisa, porque con escritoras como tú los sueños de lectoras como yo serán más dulces y refrescantes.