Reseña del cómic “Morgana”, de Kansara y Fert
Lo primero que tengo que decir es que no tengo ni idea de los mitos artúricos, tablas redondas ni la madre que los parió a todos ellos.
No he visto ni la peli de Disney, Merlín el encantador, ni la de los Monty Phyton, ni El primer caballero, y creo que no he visto más que trozos sueltos de la mítica Excalibur de Boorman. Pero es que ni ganas, eh. Hala, superad eso.
Sí, claro que sé lo de la espada, las cruzadas de los caballeros en busca del Grial,… Estoy en el mundo, ¡por Odín! ¡Hay cultura flotando en el aire que todos absorbemos de una manera o de otra! Por eso mismo también sabía que Morgana era la malvada hechicera del cuento, historia o mito, la rival del rey Arturo y a la vez su hermanastra.
¿Entonces, si ni me va ni me viene la cosa artúrica, porque he querido leer este cómic de título Morgana?
Pues principalmente por el dibujo. Ese ha sido el cebo. Ya la portada, tan oscura, tan morada y rosa, pero a la vez tan luminosa, con esa mujer de rostro cabreado medio tapado por la melena y con una teta al aire al estilo Delacroix es algo apabullante que invita a querer adentrarse en las páginas de este pedazo de soberbio cómic.
Y no defrauda. Un dibujo plano, en dos dimensiones, que parece hecho por un niño, (pero qué difícil es conseguir que parezca eso), que te engancha precisamente por esa aparente simplicidad plástica y que no te suelta. Un dibujo tan bien conjugado con el color, en su mayoría en tonos azulados que hace que la lectura fluya casi sin quererlo ni darnos cuenta.
Que luego la historia que nos cuenta está bien, sí, también, pero imagino que los que conozcan el mito sabrán decir si se aparta más o menos de él (yo ya he dicho que ni zorra) o si es un revisionismo desde un planteamiento feminista. Porque esta historia es eso. Feminismo. Morgana se rebela contra el orden establecido al ser privada de su destino de reina. Se rebela contra el machismo imperante cual Rigoberta Bandini con su teta, se rebela contra su secuestro desde niña por el mago Merlín, contra los caballeros de la tabla redonda que no saben qué hacer ni por dónde les da el viento a la hora de luchar contra supuestos crímenes, contra el clericalismo…
“Cornejas mías, eráis la princesa casada con el viejo rey, eráis la amante engañada, la hija maltratada o la campesina violada en una zanja, pero esta noche todo eso llegará a su fin. Arañas mías, ¡tejed vuestras telas y capturad a esos insectos! Despojadlos de los caparazones de acero que los protegen, que estén desnudos como gusanos, tal como lo quiso la naturaleza. ¡Que su carne sea tierna, para que podáis devorarlos mejor!”
Morgana, como todas las buenas historias, tiene bien de amor (no mucho, en realidad), bien de traiciones (de eso sí, a punta pala), ansias de poder (también), sexo (del bueno e incluso zoofílico), venganza, sexo con incesto, engaños, hechicería, más sexo…
Este cómic ha conseguido meterme el gusanillo de la cosa artúrica y eso tiene mérito. La historia está bien contada y dibujada, se lee con rapidez, te entretiene viñeta tras viñeta y no te da un respiro. Y creo que se disfruta tanto si se conoce la historia de atrás como si es el primer acercamiento a estos personajes.
¿Qué más se puede pedir? Para colmo, la edición de Nuevo Nueve es, como siempre, una puta delicia. Se nota el mimo y el cuidado que se ha puesto en el tomo.
Muy muy bueno. Me lo he pasado teta.