Los amantes de la literatura, a veces, no nos conformamos con las novedades editoriales y los clásicos reeditados y buscamos primeras ediciones, ediciones especiales o cualquier rareza literaria, para atesorarla en nuestra librería personal. Y por si esto no fuera suficiente, también sucumbimos ante toda clase de objetos personalizados con las historias y personajes de nuestras novelas preferidas: juegos de mesa, camafeos, bolsos, camisetas, fundas de móvil… La lista es interminable. Pero pocas veces un objeto literario había llamado tanto mi atención como los sujetalibros de Morla Esculturas.
Los sujetalibros de Morla Esculturas están inspirados en los personajes de la literatura clásica y de aventuras. Hasta aquí, nada fuera de lo común. Sin embargo, lo que marca la diferencia es que son pequeñas esculturas de bronce hechas a mano, numeradas y certificadas individualmente. Así, un sujetalibros se convierte en una obra de arte que cualquier bibliófilo desearía tener presidiendo sus estantes. Por ejemplo, al pequeño Mowgli y su inseparable Bagueera (de los que hay hasta tres piezas diferentes), Aladino volando en su alfombra mágica o el clásico entre los clásicos, el ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, al que Morla Esculturas ha inmortalizado cargando con una pila de novelas de caballerías, para que nos sintamos identificados con su locura por los libros. Y entre todos estos personajes clásicos, se cuela la rata Firmin, protagonista de la novela de Sam Savage, una lectora empedernida que al menos a mí me robó el corazón. ¿Cómo elegir entre tantos personajes inolvidables de la literatura?
Morla Esculturas no se queda ahí y complica nuestra elección dedicando varias esculturas a la mitología. Entre mis favoritas está la de Geras, el encargado de colocar las estrellas en el firmamento cada noche, que ahora podría ser el que sostuviera una de mis hileras de libros.
Aunque quizá vosotros prefiráis a Mogrovejo, el que vivía entre las cocinas y las librerías escondiendo y desordenando todo lo que encontraba a su paso, pero que esta vez se esforzaría por mantener en pie vuestro montón de libros pendientes.
Además de personajes de ficción, hay esculturas de lectores como nosotros, así que también podemos buscar la figura que mejor nos represente. Es posible que vosotros seáis como el niño estudiante, que lee apoyándose en cualquier lado, pero yo reconozco que soy igual que Nesto y me encanta pasarme horas tumbada con un libro entre las manos.
Resulta imposible ver estas esculturas en el sitio web de Morla Esculturas y no enamorarse de alguna, porque todas y cada una de ellas transmiten pasión por los libros, la misma que sentimos nosotros y que siente el autor de estas obras de arte labradas en bronce. Con acabados y pátinas únicos en cada pieza, se convierten en el regalo soñado de cualquier amante de la literatura y del arte en general. Así que si queréis hacer felices a vuestros familiares y amigos lectores, habladles de Morla Esculturas, o mejor aún: sorprenderlos con una de estas originales esculturas en un día especial para ellos. Y, por qué no, vosotros también podéis daros este capricho, porque pocas veces encontraréis objetos literarios tan excepcionales como estos sujetalibros de bronce hechos a mano. Son los compañeros ideales para las ediciones más queridas de vuestra librería.