Llegar al final de una trilogía con un nivel bastante elevado de entretenimiento como ha sido el caso de Nacidos de la bruma, suele causarme cierta pena por tener que poner fin a la historia y a la relación que he entablado con sus personajes. Me había encariñado mucho con todos los miembros de esta curiosa historia en un mundo de cenizas y bruma. Sus batallas, sus relaciones personales, sus inquietudes y propósitos, el modo en cómo los han llevado a cabo…todo se termina. Es inevitable y hay que aceptar la decisión del autor tal y como nos la muestre. Después de tres tomos con una media cada uno de setecientas cincuenta páginas, a cada cual, más molona que la anterior, dejan de pasar. La última página de este Nacidos de la bruma 3. El héroe de las eras, cierra una batalla de conquista por un pueblo oprimido durante mil años y la reinstauración de un gobierno y una religión que indique el nuevo camino. Si hasta parece fácil y todo.
Pero no lo es. Ni por asomo. Hacer que la gente que no ha conocido un pasado tan lejano, uno en el que existían diversidad de religiones, ideas políticas, flores de colores y hasta un sol que no era rojo sino amarillo, toda promesa e intención benévola de crear un nuevo mundo que se les prometa, les suena a chino. ¿Te extraña? Si a alguno de nosotros nos dicen ahora que hubo un tiempo en el que la civilización adoraba a mogollón de dioses —¡incluso había uno para el vino!—, o que el saber lo profesaba un griego muy listo en chanclas a sus alumnos sentados en una pradera, no nos ayudaría mucho pensando en que actualmente tener una creencia en un solo dios es lo correcto y no hay más opciones, y que la educación, según qué casos, resulta casi un lujo. Algo parecido le ocurre al pueblo oprimido del mundo de cenizas que ha creado Brandon Sanderson.
En El imperio final nos presentaron dicho mundo. Y también a sus personajes que, insisto, es uno de los factores más positivos que he encontrado en las lecturas de Sanderson. En El pozo de la ascensión, obra que no funciona bien por sí sola ya que sirve de enlace entre la primera y tercera parte de la trilogía, eso sí, de lectura irresistible, se intentó instaurar un nuevo modelo de gobierno con nuevos reinados y las estrategias necesarias para conseguirlo. Una pasada. Y en El héroe de las eras le toca el turno a la religión. En algo hay que creer. Esa labor recaerá en Sazed, el feruquimista de Terris, ese bondadoso y sabio guardador de conocimientos que, con el poder de sus mentes de cobre, intentará rescatar todo el conocimiento perdido en los años de tiranía del Lord Legislador e iluminar al pueblo.
Voy por partes. Vin hizo despertar la oscuridad que se mantenía prisionera y que amenaza con destruir todo a su paso. Junto a su marido, el emperador Elend, intentarán localizar todas las pistas que dejó el Lord Legislador por si tal hecho sucedía. Para ello tendrán que enfrentarse a reinos que no están por la labor de colaborar. Y eso incluye a los tan temidos koloos. Por otro lado, el joven Fantasma que en las dos entregas anteriores pasaba algo desapercibido, en esta ocasión consigue resultar bastante más interesante mostrando algunos de los mejores momentos de esta tercera parte. A él le ayudarán los miembros de la banda de Kelsier que seguirá siendo una constante para las creencias y la fe del pueblo. Y Sazed, el guardador de Terris, que luchará contra la suya propia. Tras el terrible suceso que sufrió en El pozo de la ascensión, toda su fe se ha visto mermada y durante toda la novela entrará en conflicto con esa negatividad. Gran desarrollo del personaje. ¡Si es que Brandon Sanderson es la pera creando personajes!
Esta novela funciona a modo coral y quizá debido a eso y a su volumen de páginas, la historia, por momentos, parece quedarse algo estancada. Aunque me ha parecido la más floja de la trilogía, destaco ciertos momentos que están a la altura de las anteriores: la batalla que orquesta por su cuenta Fantasma y el conflicto interno de Sazed son la leche. Es, además, necesaria para descubrir a cuento de qué tanta ceniza, de dónde le proceden los poderes a los alománticos, cómo se crearon los koloos y el resto de cosas tan fantásticas que han formado parte de toda la historia.
Sin duda, la mejor trilogía en la que me he aventurado. Desde la primera página, he leído casi del tirón las tres novelas por su altísimo nivel de entretenimiento, diversión y fabuloso desarrollo de las historias y que estoy deseando continuar con sus secuelas. Nacidos de la bruma 3. El héroe de las eras, hace que me despida de los personajes tan carismáticos a los que tanto cariño he cogido y me hace comprender de un modo más amplio el gran universo que ha creado Brandon Sanderson.
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