Nadie es más de aquí que tú, de Miranda July
No suelo leer la prensa impresa. Pero ese fin de semana me encontraba en un apartamento en la playa. Ese apartamento tenía una terraza, y en la terraza había una silla metálica de tijera, como las que la gente usa cuando lee en la orilla. La abrí y me senté. El sol incidía sobre mi figura sentada de tal modo, que me entraron ganas de comprar el periódico, sólo para hojear el suplemento literario.
Fui al centro comercial y me dijeron, “lo siento, hoy no tengo prensa. Esta es de ayer”. Lo dijo con toda naturalidad y señaló la mercancía perfectamente expuesta, no apilada para su devolución, sino desplegada, como si alguien estuviese interesado en comprar el periódico de ayer. Pero yo ya había leído el periódico de ayer, que me prestó una señora en una terraza con vistas al mar. Y no traía el suplemento.
El domingo ya habíamos vuelto a casa. Siempre me acaba aburriendo la playa.
Tras comprar el periódico del domingo, sin que tampoco éste incluyera el suplemento literario, finalmente lo encontré en un montón al lado del contenedor de reciclaje. Lo rescaté y me lo llevé a casa.
Así que pasaron tres días hasta que Miranda July me encontró. Al día siguiente compré su libro. Cuando regresé a casa para almorzar, descubrí que la asistenta había elegido la entrevista de July para recoger el agua que gotea la lavadora. Casi tuve ganas de rezar una breve oración. Esa es la fama, pensé.
“Nadie es más de aquí que tú” se compone de 16 relatos breves, algunos no me han resultado interesantes, pero cinco de ellos sí: -El patio común, Un hombre en la escalera, Algo que no cuesta nada, Mon Plaisir, y La marca de nacimiento.
Después de comprender cómo a Miranda July le gusta que se interaccione con sus creaciones (porque también es directora de cine, actriz e ideadora de constantes performances, incluso virtuales), usándolas, apropiándonos de ellas, para incluirnos a nosotros mismos en el resultado, un resultado cada vez diferente, éste es el mío:
“Ese es mi problema con la vida, que la vivo a la carrera, como si me persiguiesen. Incluso… cuando me tomo un té relajante me lo trago como si estuviera en un concurso de quién es capaz de beberse un té relajante con más rapidez”
“Había escrito la misma palabra siete mil veces, intentando alquimizar el tiempo”
“Éramos cometas que volaban en direcciones opuestas, atadas a unas cuerdas sostenidas por una misma mano”
“Sin decir palabra, se perdonaban por no amarse tanto como habían calculado”
“He tratado de dejar claro que ese patio también es de mi propiedad…cada vez que los veo allí, lo señalo con una pequeña marca en el almanaque. En cuanto no hay nadie, me siento allí. Y tacho en el almanaque el día que ocupo yo. En ocasiones, me rezago, y a finales de mes, tengo que sentarme muchas veces en el patio para ponerme al día”
Eva MMJ
eva@librosyliteratura.es
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Hola ^^
Quisiera hacerte una recomendación sobre un libro, Las Criaturas de la Noche, de Lucía González Lavado (Nabla Edciones). Es un libro increíble, de verdad, te sorprenderá a cada página, y aunque parezca mentira los protagonistas no son vampiros (lo digo porque en la portada parece que sí), de evrdad, si tienes oportunidad leélo que no te va a defraudar.
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