Reseña del libro “Nieve, cristal, manzanas” de Neil Gaiman y Colleen Doran
¿Qué pasaría si los cuentos de hadas con los que hemos crecido no fueran tal y como nos los contaron? ¿Y si Blancanieves fuera realmente cruel y malvada y, la madrasta, una reina justa que lucha por el bienestar de su pueblo? Esta es la premisa desde la que parte Nieve, cristal, manzanas para mostrarnos que puede que nada sea lo que parece al principio. ¿O sí?
Tenía ganas de adentrarme en una lectura de fantasía oscura, ya que hacía mucho tiempo que no leía nada así. Y cuando vi, además, que esta estaba escrita por Neil Gaiman no lo dudé más. Todo lo que he leído hasta ahora de este autor me ha encantado. Sus historias están muy bien ambientadas, son muy originales y te atrapan por la magia que se encuentra en ellas, además de contar con personajes muy bien desarrollados. Y esta no ha sido una excepción.
Empecé a leer Nieve, cristal, manzanas en el tren, en un día lluvioso y frío, y no pude elegir un momento mejor porque me adentré por completo en el relato. Como solo la podía leer durante los trayectos de ida y vuelta, la terminé esa misma noche porque necesitaba saber cómo terminaba.
De la historia, destacaría el retrato psicológico de cada personaje, que da una vuelta de tuerca al cuento original de Blancanieves. Se me ha hecho raro ver a una madrastra buena que, desde el principio, ama a un rey egoísta y consentido, que parece solo amarla para poder yacer con ella cada noche; y, por otro lado, una mujer que desconfía de su aparentemente bondadosa hija pequeña desde que se la presentan. Parece esconder un secreto. Y es cierto que a mí también me dio la misma impresión.
No es un relato para niños en absoluto, puesto que la historia se va volviendo cada vez más espeluznante y terrible a medida que vas leyendo. Sin revelar ningún spoiler, hay un personaje que reencarna la verdadera maldad y se esfuerza por hacerle la vida imposible al resto. Y, aunque esto no es algo inesperado, ya que se puede entrever desde el principio, llama la atención los límites a los que llega.
Y tengo que mencionar las magníficas ilustraciones porque creo que permiten sumergirse mucho mejor en esta historia y su personalidad única y macabra. La gama de colores, los matices y las emociones positivas y negativas que transmite cada personaje se hacen palpables a través de cada una de ellas. Es una novela gráfica llena de detalles sangrientos, eróticos y espeluznantes. Se ve, incluso, cómo una mujer se abre el pecho para sacar su corazón y comérselo. Y no da ningún asco porque es increíble observar cada detalle de la ilustración: se ve que es algo irreal y fantasioso, que está ocurriendo en un lugar lleno de maldad y magia, en el que todo parece posible. Te transporta a un lugar alejado en el que todo lo que está sucediendo no te toca emocionalmente como lector.
Y es también muy original el simbolismo que le da, en esta nueva reinterpretación de la historia de Blancanieves, a la manzana y al corazón de la princesa. No importa que ocurrió en la historia tradicional porque, en esta, ocurre lo que menos podías pensar. Me ha encantado en este sentido porque hay decenas de retellings de esta historia y, personalmente, creo que esta es la más original, inesperada e interesante que he leído. No me esperaba para nada su final y los personajes me han sorprendido en cada momento, incluso en las cosas que más me podía esperar. Y el uso y la presencia de la magia es espectacular: inunda cada una de las páginas y forma una parte importante de su ambientación, que no sería la misma sin este elemento. Tenéis que sumergiros en este siniestro relato y dejaros llevar por las ilustraciones de Nieve, cristal, manzanas. Yo ya he pensado en arrancar alguna que otra página para ponerlas en mi habitación…