Novedades infantiles 9
En la vida de todo pequeño ha habido siempre sueños de ser esos personajes que aparecen en los cuentos. Protagonistas de historias que crecen con nosotros y de los que guardamos, cuando ya la edad adulta llega a nuestras vidas, un agradable recuerdo. Quizá el mejor. Algunos de ellos son los piratas que a través de sus viajes, de sus tesoros, de querer conseguir llegar a los confines del mundo, nos trasladan a un recorrido por aquellos mundos inexplorados que de otra forma no conoceríamos. Así que uno de mis compañeros, Francisco, decidió que para hoy era inevitable sacar a la luz esta colección de historias con las que, rodeados de piratas, seríamos capaces de divertirnos, de encontrar el tesoro que andamos buscando y después, cuando cerremos sus tapas, seguir pensando que más allá de los mares, es posible encontrar aventuras por doquier, misiones trepidantes y sonidos que no conocíamos. Un viaje sin retorno hacia el mismísimo centro de lo que es, realmente, un viaje sin igual.
Todos hemos soñado con ser piratas. Y todos sabemos desde bien chiquititos que para ser un buen pirata necesitamos, al menos, un loro amaestrado, un parche negro y una buena pata de palo. Y parece justo que ahora transmitamos a nuestros renacuajos todos esos conocimientos, gracias a los cuales vivimos fantásticas aventuras, corriendo a buscar tesoros con un bollicao en una mano y una espada pirata en la otra.
Y para echar una mano en esta tarea, hoy os traemos un par de libros de piratas. Unos piratas encabezados por el Capitán Sable, muy dados a meterse en líos, y que viven un montón de aventuras en torno a La Isla Calavera. Están diseñados para niños a partir de 2 años aunque, siendo tan pequeños, realmente los disfrutarán mejor si nos sentamos con ellos a leerlos y les añadimos un poco de imaginación.
La colección de Isla Calavera la componen dos libros. El primero de ellos, ¡Yu, ju, ju, piratas! es una colección de seis divertidos minicuentos y un puñado de botones de sonidos con los que amenizar aún más la lectura. Con este libro conoceremos cómo se divierten los piratas, veremos dónde guardan sus tesoros, y recorreremos una isla llena de loros, donde juegan y ríen cuando no están en alta mar. Los cuentos se agrupan cada par de páginas: a la izquierda, la historia para leer; y a la derecha, el dibujo que muestra a los personajes y la escena. Saltando entre página, conoceremos a Tomi Caja de Herramientas y veremos su habilidad para remendar las velas del barco pirata, o nos reiremos con Sam Canción de Mar, el mejor de los músicos para animar la más pirata de las fiestas.
¡Yu, ju, ju, piratas! es un libro perfecto para echar un rato de lectura con nuestros hijos. Ideal para interactuar con ellos porque, mientras leemos, podemos señalar (o pedir que ellos señalen) a los personajes y a las cosas sobre las que habla la historia. Así aprenderán un montón de conceptos sin apenas darse cuenta. Además, al pie de la escena que ilustra cada cuento, veréis una serie de dibujos. Se trata de los botones con sonido que podemos usar para ambientar la historia. En definitiva, es ideal para que, conforme leemos, juguemos a buscar el botón del sonido de las risas malvadas de la Banda del Pie Maloliente, o escuchemos el chapoteo del agua cuando el pobre Blas Sombrero de Plumas cae al mar tras resbalar con su comida para loros.
Aunque están pensados para niños de 2 años, éste es quizás el más orientado para esa edad. Al segundo, del que hablaremos ahora, creo que le sacarán más partido los niños un pelín más mayores. Aunque todo depende de cada cual. Mi hija es muy propensa a apretar todo botón que encuentre a mano, con lo que nos martirizó… ¡ups! ¡perdón! nos amenizó la velada haciendo sonar repetidamente sus sonidos favoritos de ¡Yu, ju, ju, piratas!
Con el segundo libro, titulado A bordo del barco pirata, recorreremos todos los rincones del barco del Capitán Sable…. ¡incluso los más escondidos y secretos! En este caso, cada par de páginas nos presenta una parte del barco pirata.
Comenzaremos con la cubierta de La Bañera Agujereada, y desde ahí pasaremos al desordenado camarote del capitán, para saltar hasta la zona más alta del barco, donde Lila vigila atenta desde la cofa. Además, conoceremos una cocina apestosamente divertida, para terminar en la parte más oculta de todas: ¡la bodega del tesoro!
En este caso, la interacción con el pequeño se consigue a través de pestañas bajo las cuales se ocultan divertidas sorpresas. Cada ilustración cuenta con un montón de nombres que identifican las partes principales (la proa, la popa, el cañón, el indispensable loro) y, al levantar las pestañas, siempre encontramos alguna divertida situación o un pequeño juego de buscar y encontrar. Y es que en este barco hay un montón de cangrejos escondidos, mapas del tesoro y juguetones gatos piratas.
La maquetación de uno y otro libro son distintas, pero ambos son libros muy interactivos. Además, comparten ilustradora, con lo que la continuidad entre ambos está más que conseguida. En ambos casos tendréis garantizado un buen rato con vuestros pequeños, y os ayudará a convertirlos por unos minutos en auténticos piratas de Isla Calavera, mientras se divierten y aprenden un montón de nuevas palabras.