Reseña del libro “Nuestra historia de la adicción” de Carl Erik Fisher
¿Crees que ser adicto es una enfermedad o puro vicio?
¿Has consumido drogas alguna vez? Ya sabes: cannabis, cocaína, heroína, tabaco, alcohol, barbitúricos… ¿Qué? ¿Que no se pueden meter todas en el mismo saco?, ¿o sí?
¿Piensas que los gobiernos deberían ser más estrictos con la prohibición o que sería mejor regularizar el consumo para hacerlo con conocimiento y seguridad?
Estas y muchas más cuestiones se plantean en Nuestra historia de la adicción, de Carl Erik Fisher.
Este libro, a caballo entre ensayo y autobiografía, me llamó la atención porque el autor no solo es psiquiatra, sino también un paciente psiquiátrico con un amplio historial de adicciones, entre las que destaca el alcohol. De hecho, sus padres también padecieron alcoholismo. Creo que, en temas tan sensibles como el de las drogas, el punto de vista de alguien que lo ha vivido en sus propias carnes y ahora lo ve desde el otro lado de la barrera siempre resulta más enriquecedor.
Nuestra historia de la adicción se divide en cinco partes: «Una conducta en busca de un nombre», «La edad de la destemplanza»; «Las raíces de la adicción moderna», «La adicción en tela de juicio» y «Conclusión: La rehabilitación». A lo largo de más de trescientas páginas (y casi mil notas), Carl Erik Fisher relata cómo ha evolucionado el concepto de adicción, las políticas al respecto y las formas de tratarla y recuperarse, intercalando sus experiencias: desde el consumo ocasional hasta acabar con episodios psicóticos y con la policía irrumpiendo en su casa para inmovilizarlo con un taser. En ningún momento pretende fingir objetividad, pese a lo riguroso de la documentación, porque está convencido de que las creencias, sesgos y experiencias personales están estrechamente unidas a la adicción.
Lo más interesante de Nuestra historia de la adicción es que trata de profundizar en el tema desde gran variedad de perspectivas: médica, política, espiritual, legislativa, económica, filosófica y sociológica. Como afirma el autor, «es una historia de ideas: una historia de la adicción como idea y una historia de ideas sobre la adicción». A través del repaso histórico, va enhebrando ejemplos de personas concretas, como es el caso de pacientes a los que ha conocido o atendido y de varios escritores (no olvidemos cómo se ha romantizado el vínculo entre creatividad y drogas), por ejemplo, Edgar Allan Poe, De Quincey y William Burroughs. Es cierto que a veces la cantidad de datos y de saltos de una cosa a otra abruma, pero la exposición de Erik Fisher nunca deja de ser amena.
Nuestra historia de la adicción hace hincapié en un aspecto que no se suele mencionar: «la adicción no es solo un problema de ciencia médica, sino también uno de identidad, poder, comercio y miedo». Y lo demuestra hablando de las grandes epidemias: la del opio en el siglo XIX, la del crack en los años ochenta del siglo XX o la de OxyContin en los años noventa y dos mil (plasmada en la serie —y libro— Dopesick, que recomiendo encarecidamente). Todas se caracterizan por un periodo inicial en el que se promueve el consumo, o se hace la vista gorda, para luego convertirlo en una forma de criminalizar a un colectivo. Y durante todas esas fases, unos cuantos se benefician económica o políticamente.
Nuestra historia de la adicción me parece una lectura ideal para romper estigmas y prejuicios. La adicción es sumamente compleja, con multitud de variables que la ciencia aún no ha podido desentrañar y mucho menos controlar. Visto que erradicarla es una utopía, libros como este ayudan a abordarla con la mente abierta, el mejor modo de ayudar a las personas adictas a recuperarse.