Odd y los gigantes de escarcha, de Neil Gaiman

Odd y los gigantes de escarchaMira que me gustan las historias infantiles de Neil Gaiman, esas que narra con sencillez, pero que están llenas de dobles lecturas. Me parecen una excelente elección para aficionar a la lectura a los más pequeños. Además, suelen publicarse en ediciones tan cuidadas que es inevitable que les entren por los ojos. Es el caso de Odd y los gigantes de escarcha, con una portada espectacular y las magníficas ilustraciones de Chris Riddell, que le roban protagonismo al mismísimo Neil Gaiman, el mejor cuentacuentos del siglo XXI.

Odd y los gigantes de escarcha nos narra la historia de un niño de doce años llamado Odd, al que no suele acompañarle la suerte. En poco tiempo, se ha quedado cojo y ha perdido a su padre, y, sin embargo, encara el futuro con una sonrisa, algo que desconcierta e incluso incomoda a la gente de su alrededor, más acostumbrada a quejarse y a no buscar solución a los problemas.

Un día, un oso, un zorro y un águila se cruzan en su camino. Pero no son animales cualesquiera, sino Thor, el señor del trueno; Odín, el más grande de todos los dioses y Loki… hermano de sangre de los dioses. Le cuentan que en Asgard se han asentado los gigantes de escarcha y que estos amenazan con sumir el reino en un invierno sin fin. Y visto que como animales poco pueden hacer para combatirlos, Odd se ofrece a viajar hasta allí para poner remedio a esta desagradable situación.

De este modo, Odd y los gigantes de escarcha se convierte en una novela de formación, pues vemos que Odd comienza su viaje hacia Asgard como niño y regresa a su hogar como adulto. Aunque es más bien una evolución física, una constatación ante el mundo de lo que Odd era desde el principio, pues su personalidad y actitud ante la vida demuestran su madurez e ingenio desde la primera página.

Como siempre, Gaiman se sirve de los elementos clásicos de este tipo de historias para dales una vuelta de tuerca y echar abajo tópicos y prejuicios: ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos, ni los problemas se solucionan siempre de la misma manera. Eso es de agradecer en cualquier libro, pero especialmente en los que están dirigidos a los niños, pues les hacen tener amplitud de miras y les asegura una lectura divertida y repleta de aventuras. Además, Odd y los gigantes de escarcha es un libro perfecto para que descubran que la mitología escandinava va más allá de las películas de superhéroes de Marvel y se fascinen con ella.

Así que yo no pienso dejar escapar la ocasión de poner este libro bien a la vista en mi estantería. No porque sea una preciosidad y se me caiga la baba cada vez que lo miro, sino para captar la atención de los niños que pasen por mi casa. Quiero que lo cojan entre sus manos, que acaricien esa portada en relieve y que, al pasar la primera página, Neil Gaiman los embauque con su relato de las gélidas aventuras de Odd. Las impresionantes ilustraciones de Chris Riddell que adornan cada página harán el resto. Será mi mejor anzuelo para que caigan en las redes de la literatura para siempre.

 

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