Operación Dulce

Operación Dulce, de Ian McEwan

Operación Dulce

Me vais a perdonar pero a veces para entender algunas novelas hace falta empezar por su final. Y el final de esta Operación Dulce es un excelente Ian McEwan. También es un poco el principio. Al escritor británico ya tenía el gusto de conocerlo por su ya comentada y maravillosa Chesil Beach, así que no se me hace raro que en lo primero en lo que piense al terminar su actual libro sea precisamente en él. Es por la admiración. También por la envidia.

“Operación Dulce” es el nombre que recibe la misión de una joven, inteligente y atractiva Serena Frome, su protagonista, después de ser reclutada por el M15 durante la Guerra Fría, y que consiste en la captación y seguimiento de novelistas noveles para una fundación ficticia de ayudas económicas a la escritura que tiene el objetivo oculto de propagar ideas anticomunistas. Es, por tanto, una historia de espías. Y lo es perfectamente ambientada en la convulsa Inglaterra de los años 70. Pero también es una historia de amor en dos sentidos. Por un lado, la de su protagonista femenina con Tom Haley, el brillante futuro escritor al que tiene que reclutar. Y, por el otro, la del propio autor hacia la literatura que, en un acto totalmente desinteresado y generoso nos ofrece esta magistral lección sobre el proceso de escritura, proporcionándonos muchas de las claves de su propia narrativa, y en particular sobre los diferentes modos de leer un texto. Ahí es nada.

En cualquier caso, basta que solo uno de estos niveles te guste, mejor si son todos, para que este sea también tu libro. Porque esta Operación Dulce es además una novela completamente adictiva, donde el escritor británico construye una historia sin fisuras sobre lealtades, traiciones, engaños y realidades relativas hasta que logra confundir al lector, ávido de adelantarse a cualquier movimiento de la narración. Será inútil. Ian McEwan, especialmente reconocido tanto por su novela “Expiación“, reseñada anteriormente, como por la también comentada versión cinematográfica, “Expiación, más allá de la pasión” llevada a la gran pantalla por Joe Wright , no es nuevo en esto de escribir y sabe lo que se hace. Y engaña, de manera totalmente lícita, una y otra vez al lector, que descubre que no puede parar de leer aunque quiera. Porque el relato, de alguna manera, cobra vida y transcurre solo, casi ajeno a nosotros. Como si se desarrollara y avanzara sin esfuerzo alguno. Con un ritmo tan bueno que uno casi no es capaz de alcanzar todas sus virtudes hasta el final, cuando adquiere una visión completa del mosaico.

Un excelente ejercicio de evasión, en fin, tremendamente entretenido, donde calidad y entretenimiento se enzarzan en una competición en la que ambos acaban bien parados y los que ganan son siempre sus lectores. Y todo ello envuelto en la dulce, como su título, y perfecta voz en primera persona de la inocente Selena Frome, a la que su autor disecciona con la maestría de quién sabe construir bien un personaje.

Y así, en un acto casi inconsciente, Operación Dulce llega a su final. Ese que me recuerda a Ian McEwan, al que había dejado al margen, absorta como estaba entre sus páginas, como si no se tratara de él en absoluto. Solo que sí se trataba de él. Una historia altamente compleja, repleta de pequeñas historias y diversas lecturas, donde todo, o casi todo, tiene una razón de ser y está por algún motivo. Y lo que se vislumbra detrás es a un escritor con mayúsculas, que ha cuidado el detalle al máximo, y que ejerce una gran capacidad de control sobre su narrativa con la habilidad de hacer parecer sencillas las cosas más complicadas.

8 comentarios en «Operación Dulce»

  1. Le estaba siguiendo la pista a este libro, pero no había visto comentarios Hace años leía bastantes novelas de espías, pero hace tiempo que como que no. Pues habrá que retomar a los espias, porque parece que este libro hay que leerlo sí o sí.

    Gracias y un saludo

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    • Hola Ana, como siempre muchas gracias por pasarte por aquí. Si leías muchas novelas de espías, a lo mejor este te sabe a poco. Para mí es en conjunto cuando gana. Y además su lectura me resultó muy agradable. Así que espero que lo disfrutes tanto como yo. Ya nos contarás qué te parece 😉

      ¡Un saludo!

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  2. ¡Madre mía cómo me gusta este autor! Y cúanto juego da leer un libro suyo en un club d electura. Esas distintas miradas siempre sobre un mismo tema… En fin, que esta novela no la había leído y tras tu reseña ya tengo “necesidad” de su lectura 😛

    Un abrazo!

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    • Hola Susana, la verdad es que a McEwan yo lo conozco poquito, pero lo poco que he leído me ha gustado mucho. En Operación Dulce se habla de manera específica de los tipos de lectores, así que se me ocurre que por ahí también se le puede sacar mucho juego para un club de lectura. Y además, es una novela muy agradecida, que se lee muy bien y con la que es fácil desconectar. Ya me contarás qué te parece.

      ¡Un abrazo!

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  3. Precisamente acabo de hacer una reseña de esta novela. A mí me parece su obra más floja de todas las que he leído. El trasfondo de espionajes e intriga no tiene profundidad y es un mero adorno para contarnos una historia de amor bastante banal. Y todo lo relativo al proceso de creación literaria está tratado de forma superficial.
    Aún así animo a todo el mundo a leerla. Precisamente lo maravilloso de la literatura es que cada uno tenemos nuestros gustos y visiones particulares. McEwan es un grandísimo escritor que merece más de una oportunidad.

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    • Hola Víctor, antes de nada, gracias por compartir tu opinión. La verdad es que de McEwan solo he leído Chesil Beach y es cierto que no tiene nada que ver con Operación Dulce. Chesil Beach me gustó más, entre otras cosas, porque es más del tipo de novela que me suelen gustar. Pero esta última tiene, a mi modo de ver, demasiadas virtudes para ser una buena novela y cuanto más la pienso, más me lo parece. Como poco, es una agradable y entretenida lectura. Pero es que además creo que la historia de los servicios secretos, e incluso la historia de amor, le sirven sin más de excusa para desarrollar una idea que tiene que ver con el proceso creativo y literario y por ahí es por donde a mí, personalmente, me entusiasmó. Y es verdad que da la sensación de que es un libro mucho más sencillo de lo que es y, sin embargo, yo le veo un trasfondo muy cuidado y complejo. Pero entiendo perfectamente que eso ya depende de la lectura que cada uno haga del libro. Y como tú bien dices, precisamente ahí radica lo maravilloso de la literatura.

      Un saludo

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