Operación U-92, de Kepa Menéndez
Las buenas historias, esas que a veces caen en nuestras manos, hacen que entendamos por qué los libros forman parte de nuestra vida de una forma casi obsesiva. Y entre estanterías llenas de escritores reconocidos y con mucha trayectoria a sus espaldas, de vez en cuando, sin proponértelo, aparece alguna historia que, por numerosos motivos, se convierte en una de esas lecturas que te llevarás a la tumba. ¿Por qué? ¿Por qué sucede esto? Hay quien dice que es el destino, hay quien dice que son los libros los que nos llaman, y otros, los menos, dicen que es porque hay que apoyar a los autores noveles que están empezando y que merecen una oportunidad en toda regla. Yo no tengo la respuesta mágica que contenga la solución al interrogante porque, además, me muevo siempre por emociones a la hora de reseñar algún libro. Operación U-92 ha convertido la palabra “sorpresa” en una especie de escalofrío que ha recorrido mi cuerpo en el tiempo en que he tardado en empaparme de lleno de su historia. Es, por utilizar un símil que merezca la pena, uno de esos sabores que uno se encuentra de repente y que inundan toda la boca, tapando a todos lo demás, y que incluso cuando desaparece sigue permaneciendo de alguna forma que no puedes explicarte. Supongo que esa es la magia de la literatura cuando la vives en tus propias carnes.
El canciller alemán Andreas Wiesler quiere desmantelar diecisiete reactores que integran la red atómica del país. Por su lado, Martina Ribelles quiere poner fin a su trabajo como ingeniera jefe en el programa de supervisión de infraestructuras de la SAOC. Se disparará entonces una historia de conspiraciones, amores imposibles, y lucha de poder que puede convertir al mundo en una bomba a punto de estallar.
Son raras las ocasiones en las que me acerco al mundo del thriller político. La vida casi siempre me lleva por otro tipo de lecturas. Y así es como yo me voy dando cuenta de lo equivocado que he estado hasta este momento. No sólo porque Kepa Menéndez haya elaborado una historia sin fisuras, sin puntos flacos, que nos hace vibrar ya desde el principio, sino porque, además, Operación U-92 parece tener la vida propia que todas las novelas debieran tener. Recuerdo haberme visto en casa, mordiéndome las uñas, viendo cómo las imágenes que describe el autor sobrevolaban mi cabeza y me hacían caer en un estado de alerta constante. Es, por tanto, una de esas oportunidades para que mi corazón empezara a latir de forma desenfrenada y convirtiera esta historia conspirativa en una de esas novelas que poner en un lugar destacado en mi librería. Pero es que después, cuando ya te vas dando cuenta de que estás ante una obra muy buena, vas observando los pequeños detalles, la labor de investigación que ha habido detrás, y acabas rendido a sus pies, sin otra opción, porque lo que ha hecho este escritor es convertir una primera página en la cerradura para que descubramos un tesoro que no, y le doy más énfasis al no, debe pasar desapercibida para nadie.
Pero como decía al principio, yo no he sido nunca muy dado a leer thrillers políticos. Por tanto, ¿por qué esta novela la recomiendo si yo no soy de este tipo de lecturas? Si todo lo anterior no ha servido para crear el gusano de la curiosidad en vuestros estómagos, podría decir también que la precisión de Kepa Menéndez para describirnos las situaciones es soberbia, que su historia es como una bala directa a nuestro cerebro que no te da tregua alguna por mucho que quieras, que sus personajes hacen que conozcas el miedo, la venganza, el amor, la ira y la rabia de una forma magistral y como si fueras tú mismo el que está viviendo a su lado. Por último, tendría que decir que Operación U-92 es esa imagen que se nos queda grabada cuando vemos un cuadro que nos impresiona. Muchas veces, nos olvidamos que las lecturas pueden sorprendernos. Vamos a lo seguro, esperando que nuestros autores o autoras favoritos no nos decepcionen, y no somos conscientes de que las historias, las buenas, esas que nos dicen algo especial, muchas veces se quedan ahí, agazapadas en la estantería esperando que las cojamos. Así que, después de esta defensa a los autores que comienzan y no se dejan amilanar por nada ni nadie, invito a todo el mundo a que descubra esta novela, a que la saboree, a que se alimente de sus páginas porque, en esta vida que tenemos, no hay alimento mejor posible.
Yo tampoco suelo leer thrillers políticos así que no se si animarme con este libro. En principio no me llama nada, pero quien sabe.
Un saludo.
A mí me pasaba lo mismo que a ti Tabuyo, pero después de este libro he caído rendido. Ha sido una grata sorpresa la verdad 🙂