Recuerdo que el otoño pasado muchísima gente en Instagram subía fotos de su ejemplar de Milk and honey, título original del poemario del que voy a hablar hoy aquí. Fue un fenómeno que acaparó la atención de todo el mundo en las redes a pesar de que llevaba publicado desde 2015. Citaban poemas completos, extractos y sensaciones depositadas en el texto que aumentaban la expectación y ayudaban a crear el aura de misterio y magnetismo que envolvía sus páginas. Nadie es nuevo aquí. Todos sabemos que las modas en internet vienen y van sin ningún tipo de filtro. Elevar cosas al estado de obra maestra o denostarlas hasta que nadie las mire. Ese es el pan nuestro de cada día. Sin embargo, con los poemas de Kaur había algo que funcionaba de otro modo. Persistían en su falta de grandeza. Ahondaban en esas ideas de belleza y de feminismo que comulgan con lo orgánico, con el propósito de evitar una guerra ya sea contra los demás o contra sigo misma. Una portada negra con dos abejas blancas posadas en su superficie. El enfrentamiento a lo establecido desde la quietud. Intenté hacerme con un ejemplar en inglés, arrastrado por la legión de fans que estaba acumulando, pero se cruzaron otras lecturas y aparqué la idea hasta otra ocasión. Esperando en el fondo de la sala, en secreto, para saber si estaba ante uno de esos fenómenos caducos o ante el poemario de nuestra generación. Durante dicha espera, la línea de poesía de la editorial Espasa decidió traer el libro a nuestras fronteras y ahí ya no pude aplazarlo más. Hoy vengo para hablaros de Rupi Kaur y para anunciaros que hay otras formas de usar la poesía. Quiero avisar antes de que haya algún malentendido o tergiversación que yo también he caído en las redes del fenómeno Kaur.
Rezan unos versos del último tramo del libro que nunca debes / cambiar la honestidad / por el reconocimiento y creo que esto define bien la piedra sobre la que se sustenta gran parte de los poemas de Kaur. Porque si hay algo que destaca en esta colección es el uso de la verdad a cualquier precio. Se vuelve obscena y cursi y genuinamente reivindicativa, pero en cada uno de estos versos hay sangre. El uso del escándalo del que es dueña busca conmover al lector. Todo lo que sucede tiene una dimensión vivencial que nos empuja a la identificación. Proyectamos en sus poemas nuestras carencias emocionales, nuestros excesos sexuales, nuestra necesidad de conciliarnos con el padre antes que con nosotros mismos.
La ruptura y el desenlace como motores en la poesía no son algo nuevo, sin embargo prevalece un nuevo estado de ruptura en el que la hermandad te alimenta mientras agonizas. La comunidad cobra vida en estos poemas de un modo casi necesario. Cuando uno no puede creer en el estado, cuando lo local es la realidad próxima que nos conoce y que sabe qué necesitamos, el grupo cobra fuerzas. No estamos solos. Y hay una dimensión digital implícita en todo esto que me sorprende y que me ayuda a entender el fenómeno de los poemas de Kaur. Muchos de nuestros amigos suceden en la pantalla de un móvil y la familia puede que sea una sucesión de fotografías subidas a Facebook. Toda esta tecnología social ya es inseparable de nuestra realidad y por ende del arte que busca su reflejo en la realidad. Algunas de las composiciones aquí presentes parecen sacadas de una conversación de Whatsapp a altas horas de la madrugada. Es posible que, de hecho, así sea. Porque estos son los materiales que hoy conviven con la poesía. Y porque se ha convertido en un lenguaje universal del que todos participamos y del cual todos conocemos sus reglas.
Es a colación de esta oda implícita a la tecnología donde quiero hablaros de ese nuevo feminismo. Esa idea de cobijarse en manada. El número es fuerte y amplifica el mensaje llegando a rivalizar con los medios imperantes revirtiendo las ideas nocivas que nos llegan como boletines oficiales. Y es que si hubiese un diccionario de términos que sustentan el universo privado de Rupi Kaur los conceptos de mujer y hermana serían indivisibles. Los cuerpos de otras mujeres / no son nuestros campos de batalla. Estés donde estés, seas quien seas, suceda la extensión de mujer en ti a través de todas sus infinitas posibilidades, perteneces a la hermandad. Esa es la idea que deriva de este poemario/manifiesto. De esta idea surge todo lo que sobrevive en la poesía de esta mujer. Por eso verás el libro en mochilas, en mesas de cafeterías, entre personas charlando, en alguna fiesta invitado por alguien. La gente quiere leer extractos en voz alta, quiere compartir sus poemas favoritos con sus personas favoritas. Hay como bien reza la traducción del título Otras maneras de usar la boca. No todo consiste en tragar y dejarla cerrada porque es así cuando estás más guapa y cuando menos molestas.