No podemos elegir dónde ni como nacemos, ni cuáles serán nuestros familiares, pero es bueno saber que desde el primer momento en que tenemos uso de razón y la suficiente edad para ser independientes, podemos elegir qué hacer con todo aquello que el destino o las casualidades o los ADN hicieron de nosotros. A mí me tocó nacer en una ciudad de clase media baja en el oeste de la capital de Argentina, pero me podría haber tocado llegar al mundo en medio de África o bien al norte del mundo, allá por Noruega; después, mis elecciones (eso es lo que somos, nuestras elecciones) me llevaron al presente, ese que me tiene frente a un ordenador, en Inglaterra, tratando de escribir la reseña del libro de Juan Sebastián Marroquín Santos, más conocido como Juan Pablo Escobar, o aún más conocido como el hijo del que fuera el narcotraficante más buscado del mundo en los 80: Juan Pablo Escobar. Cambiar depende de nosotros, pero a veces la herencia que recibimos es tan grande que vale la pena conocer la historia de ese cambio.
Pablo Escobar, In fraganti es el segundo libro que escribe Juan Sebastián Marroquín; su debut literario fue con Pablo Escobar, mi padre, que vendió más de 150 mil ejemplares y en él se dedica a contar la historia del que fuera el número uno del Cartel de Medellín. En este nuevo libro, en cambio, siente que quedaron muchas historias que contar y agregar a las interminables vivencias de su padre y es así cómo comparte con nosotros , a lo largo de 13 capítulos, diversas anécdotas personales o vividas por otros junto al “Patrón”
Pese a haber contemplado in situ el terror de las narco-mafias, o tal vez justamente por eso mismo, Sebastián Marroquín se convirtió en pacifista y concretó así el diálogo, la reconciliación y el perdón con los hijos de las víctimas de la violencia ejercida por su padre en los años ochenta y noventa. Es por eso que desde que cambió su nombre y se fue a vivir a Argentina, donde la justicia lo absolvió de toda duda y no lo culpó por portación de apellido (“El hijo de”) se dedica a viajar por el mundo dando conferencias en las que aboga por la paz.
En Pablo Escobar, In fraganti, que se subtitula “Lo que mi padre nunca me contó”, Marroquín investiga la historia de su padre y de todo lo que causó en Colombia, más allá de lo que su padre alguna vez le había contado, sino sobre todo intentando descubrir aquello de lo que nunca había sospechado; es por eso que a lo largo de casi 250 páginas, podremos encontrar historias más que interesantes como “El rastro de Barry Seal”, “La ruta del tren” o un relato detallado de las últimas 72 horas de la vida de Pablo Escobar; Marroquín dialoga con una decena de personas que hasta ahora no habían querido dialogar con él y así se va enterando de detalles ocultos y nunca conocidos hasta ahora; unos de los capítulos, llamado “anecdotario” permite presenciar el poder del dinero a través de la historia en la que Sebastián Marroquín recuerda el momento en el que le pidió a su padre que le trajera a Michael Jackson a su fiesta de cumpleaños y “El patrón” consideró hacerlo, aunque también un posterior secuestro del famoso cantante y bailarín. Desopilante y atroz.
También vale destacar, en tiempos en los que las series y novelas sobre la vida de Pablo Escobar pululan, un capítulo dedicado a contar qué hay de verdad y qué de mentira en Narcos, una de las series más vistas del momento sobre la vida del histórico narcotraficante. La edición del libro, prolija, viene acompañada con una serie de fotografías de alto valor documental, que ayudan a “ver” las historias contadas.
Siempre es bueno seguir los ejemplos de los padres, pero hay casos, como este, en el que desobedecer la historia legada es la mejor opción posible, por el bien del mundo y de la paz.