Palabra de Sal, de Mónica Collado
Título: Palabra de sal
Autora: Mónica Collado Cañas
Editorial: Tropo Editores
Páginas: 233
Ganadora del XIX Premio Vargas Llosa
Gran parte de mi familia es originaria de Granada, Por ello no me es ajeno el relato que Mónica Collado nos presenta con su libro “Palabra de sal”. Una historia que desde la distancia y el tiempo nos cuenta Corina; nos habla desde el pasado, desde sus recuerdos de niña de ocho años, y con esa mirada que tienen algunos escritores especiales, que como ella, son capaces de reflejar en el interior de un cortijo el interior de uno mismo, y en el interior de uno mismo el sentido de la vida.
Ha sido esa forma de narrarlo tan exquisitamente literaria, con un lenguaje tan bello y lleno de lirismo, lo que ha hecho que temiese terminar, ya no el libro, sino cada uno de sus capítulos. Así pues, puedo asegurarles que sus 233 páginas, se han convertido durante muchos días, en una especie de golosina que me reservaba y me regalaba en los momentos más especiales del día.
Palabra de sal es un libro especial que nos trae una historia sencilla y común: La vida y la muerte, que siempre van de la mano. Y el amor por las historias… y por la literatura que todo lo contiene.
”Sí, he conocido a muchos indios , contestó Manolín divertido. Luego guardó silencio, pero tuvo que seguir con las explicaciones al ver nuestras caras: tres escudillas de mendigo a la espera del bocado de mundo que se nos asomaba a la imaginación…”
¡Cuánta necesidad de historias tenemos!, y qué importante es contarlas y hacernos trasmisores de las que guardan en su interior las viejas casonas de los pueblos, aquellos en los que aun persisten antiguos oficios con nombres que muy pronto habrán de buscarse en el diccionario, porque nadie sabrá, ni recordará, aquellos ya casi perdidos, como “lañar lebrillos” o hacer “pleita”.
Para crear almas tan humanas y llenas de sensibilidad como la de Corina, solo hay que despertar en ellas la fantasía, y son los cuentos y has historias de tradición oral, las responsables de que los niños deseen más y más. Los niños y los adultos, pues el relato de Mónica Collado embelesa por esa facilidad con la que es capaz de llevarnos de la vida a la fantasía, esa de la que beben los que no tienen nada a lo que aferrarse, buscar la felicidad y el consuelo a través de aquello que nos hace despertar la imaginación, imaginar un estupendo futuro que por este angustioso presente nos es negado…
Así fue la infancia de muchos grandes narradores, infancias duras sostenidas por palabras que componían historias de supervivencias y sueños de futura felicidad.
Qué esta joven periodista granadina haya ganado con esta novela el premio Vargas Llosa, no nos puede extrañar, es más, es casi lógico por esa forma en que la cuenta, las palabras que utiliza, el sonido que producen en la mente, incluso en el mismo silencio al ser pronunciadas en voz alta, es literatura de altura. Literatura con alma. No solo es necesario ser un gran filólogo para utilizar las palabras con precisión, la autora da ese paso que nota el lector y que la hace convertirse en artista capaz de arrancar emociones a través del fondo y de la forma.
Una de esas pequeñas joyas que debiera estar al alcance de cualquiera que se llame lector. Un libro que deberían leerlo muchos de aquellos que entregan sus manuscritos a una editorial. Una historia y una forma de narrar que no debieran pasar por alto quienes se dedican a esto de recomendar lecturas …
¿Se me nota demasiado lo mucho que he disfrutado este libro, verdad?
¿Y la portada? Una vez más Óscar Sanmartín recoge en una ilustración la esencia de la historia.
Ahora sí.
Fin
Susana Hernández
Literatura de altura, capaz de arrancar emociones desde el fondo y la forma dices. ¿Se puede decir algo más? Parece que la escritora lo ha conseguido. Tendré que hacerte caso, a pesar de que no soy mucho de fantasías, salvo excepciones en las que están tan bien combinadas con la realidad, que son casi como la parte poética de la realidad, para que entre más fácil, supongo, y te deje, a pesar de todo, con una agradable sensación de bienestar.
Las portadas de Tropo son muy buenas siempre. Es verdad.
Ah, esas portadas que me enamoran!!
Tiene el nivel justo de casi todo, Icíar. Una delicia para los amantes de la literatura más tradicional.
Despertar a la vida, suele ser duro, y de los duros despertares nacen los grandes escritores 😉
Besicos, casi navideños!
me la apunto Susana, pienso igual que tú: las historias son necesarias y deben contarse, más cuando nos dicen qué ha sido de la historia de un lugar y sus habitantes.
Un beso,
Ale.
Y si además está perfectamente narrada, poco más se le puede pedir a una novela.
Un besico y Feliz Navidad!