Que Vaughan es bueno haciendo cómics es como decir que la lluvia moja. Antes del éxito de Saga, Ex-Machina y Paper girls, Brian K. Vaughan parió Y, el último hombre, Los leones de Bagdad, (obra esta menos conocida pero a tener muy en cuenta), por poner unos ejemplos y… fue guionista de… chan chan… ¡Perdidos! No llegué a terminar la de Y, (por despiste, no por otra cosa. Es lo malo de las series de cómics que, al igual que con las de formato televisivo, hay tantas que tienes que elegir cuáles sigues y cuáles no, y esta, a pesar de estar en el grupo de las que sí, fue quedando poco a poco relegada), pero era un cómic cojonudo, muy original y de lo más entretenido que había leído hasta entonces.
Con Paper girls 1 el entretenimiento no falta, pero en cuanto a originalidad… digamos que, en principio, no es del todo original (y no hablo de que plagie ni nada parecido, ojo). Y es que nos vamos a trasladar a finales de los ochenta y todo el cómic recuerda la estética, los protas (aunque aquí en versión femenina) y situaciones típicas de esos años que hemos visto ya cientos de veces en Los Goonies, Cuenta conmigo, E.T. y pelis del estilo, (todos sabemos de qué tipo de pelis estamos hablando), y que parecen volver con fuerza –y para breve muestra tenemos el remake de It y acabamos de ver la segunda temporada de Stranger Things (aunque este cómic es anterior)– . Sí, amigos. La nostalgia vuelve y, sobre todo, ¡vende y mucho!
En este tomo se recogen los número 1 a 5 de su versión en grapas y en ella seguimos a Erin, de doce años y repartidora en bici del periódico local y a otras tres repartidoras del mismo periódico a las que conoce la noche de Halloween. Estas tres, Tiffany, Mac y KJ, se reúnen desde el año anterior en Todos los Santos para hacer juntas el reparto porque esa noche suele haber mucho loco suelto, y Erin se unirá a ellas. Y… efectivamente, si en Todos los Santos hay locos, esa noche va a ser una puta y absoluta locura.
¿Qué puedo contar si es que…? En realidad podría contar todo y os quedarías igual al final. ¿He dicho que Vaughan fue guionista de Perdidos? ¿Recordáis el oso polar? Bueno, al final sí que se explicó su porqué y eso espero que suceda al final de esta serie, porque deja tantos, pero taaaantos misterios dispersos ya desde este primer tomo, que es imposible no querer conocer como continúa para poder enderezar el culo. Así que venga, ¡qué coño! Vamos a avanzar un poco más. Las cuatro chicas se dividen en dos grupos para agilizar la tarea, y a Tiffany la atacan tres tíos con “disfraces cutres” y se llevan su walkie. Ese segundo walkie que compró tras ahorrar las propinas de Navidad. A partir de aquí sí que ya no cuento nada porque aunque os dejara igual, estropearía la sorpresa de descubrir por uno mismo las sorpresas, que son muchas, que nos tiene guardadas este cómic.
En cuanto al arte, me encanta. Corre a cargo de Cliff Chiang, de quien ya destaqué su currazo impresionante con sus trazos y diseños en la etapa de la Wonder Woman a cargo de Azzarello. El color, fundamental durante todo el recorrido es obra de Matt Wilson, quien venía de colaborar también con Chiang en la misma colección de la amazona. Mismos artistas pero un trabajo tan diferente que no parece de ellos, y aún así, increíblemente bueno.
Paper Girls 1. Un cómic para nostálgicos, para amantes de la ciencia ficción, de los misterios, de los viajes en el tiempo, de los que se comen la cabeza e inventan teorías locas sobre lo que puede pasar cuando una película acaba con final abierto y de los que, simplemente, quieren pasar un buen rato con un gran cómic.
Intriga, misterio, ciencia ficción. En definitiva un gran entretenimiento. A saber qué nos deparará este fantástico viaje en tomos sucesivos y si se resolverán todas las incógnitas. Yo no me lo pienso perder.
4,8,15,16,23,42…