Patas arriba, de Eduardo Galeano
Un libro de denuncia ácido y trepidante.
No conocía a Eduardo Galeano y, cuando “Patas arriba” llegó a mis manos de una forma totalmente casual, no pude evitar hojearlo, aunque no tenía ninguna intención de leerlo. Y, cuando quise darme cuenta, me lo había terminado.
Después he sabido que este periodista y escritor uruguayo, con sus textos que combinan documental, ficción, ensayo y periodismo, se ha convertido en una de las voces de la conciencia de América Latina. Pero aún teniendo esto en cuenta, “Patas arriba” no deja de ser un libro sorprendente. Galeano, al menos en esta obra, no escribe con particular maestría ni se documenta con excesivo rigor, pero el resultado atrapa al lector desde el principio con su ritmo trepidante y su ironía.
En “Patas arriba”, Galeano retrata las lacras e injusticias de la sociedad latinoamericana actual (¿sólo la latinoamericana?) con pinceladas breves y precisas, poniendo el dedo en la llaga con cada trazo. Como si de un retablo de El Bosco se tratara, podemos contemplar una particular versión actualizada de “El infierno” en la que no faltan los demonios de la injusticia, las diferencias sociales, la pobreza, el racismo, el machismo, el miedo, la violencia, la impunidad.
Escrito con un estilo directo, coloquial, eléctrico, con frases cortas como eslóganes, se diría que más que un libro es un manifiesto, un discurso callejero pronunciado a gritos desde lo alto de un cajón. También, en ocasiones, resulta agresivo, incluso demagógico: la mezcla de datos reales con reflexiones y conclusiones propias hace que las opiniones del autor se presenten como hechos probados.
El texto presenta un claro sesgo ideológico, pero no es un libro de doctrina. Los villanos, como no, son el imperialismo, el capitalismo y la globalización, pero, en última instancia, Galeano señala como responsable a la pérdida de los valores éticos de toda la sociedad.
No es una obra maestra de la literatura, ni mucho menos, pero el ritmo trepidante del texto y la ironía con que Galeano aligera la dureza de las injusticias registradas convierten este libro de denuncia en una lectura estimulante. Además, el espectáculo del mundo patas arriba es algo ante lo que no podemos cerrar los ojos.
Y para no terminar con mal sabor de boca, se nos ofrece el contrapunto al espectáculo dantesco de la contemplación del infierno: el libro finaliza con una “invitación al vuelo”, una lista, redactada en ejercicio de nuestro derecho más básico, el derecho a soñar, de cómo sería “el mundo al derecho”.
Javier BR
Me han hablado muy bien de este autor, pero nno he leído nada, y creo que me has animado a empezar con este libro.
Este libro está bien para hacerse una idea de la situación social, política y económica de Latinoamérica, aunque la obra más conocida del autor es “Las venas abiertas de América Latina” (muy popular últimamente desde que Hugo Chávez se la regaló a Obama). Gracias por tu comentario.