Reseña del cómic “Pesimismo mágico”, de Borja Sumozas
Suele costarme reseñar un cómic corto, pero Pesimismo mágico me va a costar especialmente. Y no solo se debe a su extensión —128 páginas—, sino a que prima la estética y el simbolismo en lugar de una trama con planteamiento, nudo y desenlace al uso.
El autor es Borja Sumozas, monologuista en Comedy Central y guionista de series como Museo Coconut y Las nuevas e inesperadas aventuras de Enjuto Mojamuto, y de programas como Carne Cruda o La Resistencia. Quienes hayan visto alguno de esos, como es mi caso, se harán una idea de su estilo de humor. Pesimismo mágico es su primer cómic y ha ganado el XV Premio Internacional de Novela Gráfica Fnac-Salamandra Graphic. En él hay humor, sí, pero también un regusto inquietante, bordeando el terror, porque no trata un tema agradable. ¿Cuál es?, te preguntarás. La depresión.
En la actualidad, se está hablando bastante de las enfermedades mentales, yo misma he reseñado durante 2022 varios libros que las abordaban desde distintas perspectivas —Lamer las heridas, Todas las esquizofrenias y No pienses en un elefante rosa, por ejemplo—; pero, hace tres años, cuando Borja Sumozas estaba pasando por una depresión y empezó a dibujar Pesimismo mágico porque le servía de vía de escape, en los medios y en el día a día apenas se mencionaba la importancia de la salud mental.
Este cómic, compuesto por capítulos titulados con los nombres de los medicamentos que estaba tomando —Espironolactona, Omeprazol, Lorazepam, Fluoxetina, Espironolactona— y un epílogo, nos cuenta la historia de Laura, una guionista y monologuista que plasma sus pesadillas en dibujos. No cabe duda de que lo que nos cuenta Borja Sumozas a través de ella es totalmente autobiográfico, la decisión de que lo protagonice una mujer ha sido solo un modo de tomar perspectiva de sus propias vivencias.
A medida que pasamos las primeras páginas de Pesimismo mágico, repletas de monstruos y situaciones desconcertantes, se van atisbando los problemas reales de Laura, como el acceso a una vivienda digna y la precariedad laboral, que acaban sumiéndola en una depresión.
En Pesimismo mágico, los colores son una forma de plasmar los estados de ánimo de la protagonista. Se suceden varias páginas en tonos cálidos, otras tantas en tonos fríos y otras tantas en tonos grises. Los rostros a veces son garabatos y, otras, sumamente expresivos. Todos ellos me han resultado viscerales. Se nota que el autor dibujaba desde las entrañas.
Pesimismo mágico no es un cómic que recomendaría a alguien que busque que le cuenten una historia o deleitarse con un dibujo refinado. Pesimismo mágico es una obra arriesgada donde predominan las sensaciones, introspectiva, simbólica y crítica con un toque de humor y desasosiego. Es una inmersión en una mente que sufre, que se siente acosada por pesadillas y pensamientos intrusivos y que trata de evadirse a través del arte hasta que consigue dar un giro a su vida. Es, en definitiva, el testimonio de Borja Sumozas sobre una etapa dolorosa. De este modo, pone un granito de arena más para visibilizar y comprender una enfermedad mental como es la depresión, tan presente en la sociedad y todavía tan silenciada y estigmatizada.