Cuando era adolescente, solía leer manga y ver series de anime basadas en los mismos cómics manga que leía o en otros. De hecho, muchas tardes me dejaba caer por alguna librería con el fin de disfrutar de estas lecturas. Y sobre todo recuerdo lo bien que me lo pasaba en aquella época viendo series de anime como La familia crece, Sakura, cazadora de cartas, Sailor Moon o Ranma ½.
Sin embargo, con el transcurso del tiempo el manga fue sustituido en mi vida por otro tipo de libros, principalmente de género fantástico. Yo pensé que el manga, tristemente, ya había salido de mi vida por completo hasta que de pronto, hace unas semanas, se dejó caer ante mis ojos a través de varias cuentas de Instagram un cómic manga que, a primera vista, ya me pareció una auténtica monada: Piña, pastel o tiramisú: El primer amor, de Mai Ando.
Vaya título, ¿verdad? ¡Qué rico! Me entraron ganas de comérmelo. Me resultó tan atrayente, tan dulce, tan goloso, con un diseño de cubierta tan mimoso y rebosante de frescura y juventud, que me dije, “venga, hay que leerlo. ¡Manga, volvemos a encontrarnos!”.
Pues si el título y la portada ya me parecieron regalos divinos para la vista y el paladar, ¡qué os voy a decir sobre lo que encontré en su interior! ¡Qué ricura de historietas! Pero empecemos por el principio, porque antes de seguir comentando mis impresiones, creo que es necesario explicaros brevemente de qué trata este manga y cómo está confeccionado.
Piña, pastel o tiramisú: El primer amor, es un tomo único y autoconclusivo que se suma a la trilogía de Jugando a las casitas y Trampas agridulces. En él encontramos cinco historias donde el tema principal es el primer amor. Son historias bonitas pero diferentes entre sí. Niina, Ririko, Tomatsu, Saeki y… la chica enamorada de Kaji. Ellas son las protagonistas. Todas estudiantes y con una cosa común: declararse al chico que les gusta.
Como veis, Ando Mai nos transporta a una época de miradas, de sonrisas, de inocencia, donde todo son dudas y miedos. ¿Le gustaré? ¿Cómo sabré que le gusto? ¿Y si no le gusto de verdad? ¿Qué pasará con nuestra amistad? Así, todas estas preguntas nos recuerdan que todos hemos sido jóvenes indecisos y enamoradizos.
Por otro lado, las preciosas ilustraciones que invaden cada página me han fascinado. Son la esencia de las cinco historias porque nos ayudan a comprender todo lo que ocurre, todos los sentimientos y sensaciones de los personajes. Si un personaje está enfadado o desesperado, el dibujo nos muestra unos ojos enormes y vacíos con oscuridad a su alrededor. De la misma forma, si un personaje es tímido o está avergonzado en un momento dado, apenas veremos sus ojos, estará medio escondido entre el cabello y la ropa. Por el contrario, si un personaje está ilusionado, emocionado o radiante de felicidad… seguro que ya sabéis qué aspecto tendrá, ¿no? Efectivamente. Nos hará sucumbir dentro de sus hermosas pupilas y su boca entreabierta para que admiremos la belleza en estado puro de los dibujos de un buen cómic manga.
De hecho, para ser concretos, esta es una obra de corte shōjo, un manga dirigido especialmente a un público femenino adolescente. Pero, ¡cuidado! Eso no quiere decir que solo las chicas jóvenes puedan leer este tipo de historias. No debemos dejarnos llevar por las clasificaciones e ignorar esta categoría simplemente por ser adultos fuera del grupo para el que se supone están enfocadas estas historietas, ya que un shōjo realmente comprende diferentes temas que pueden resultar del interés de cualquiera, tenga la edad que tenga. Claro es mi ejemplo, que lo he disfrutado igual o más ahora que hace veinte años.
En definitiva, Piña, pastel o tiramisú: El primer amor, de Mai Ando, me ha regalado un viaje en el tiempo a todas esas situaciones y momentos de mi adolescencia que os comentaba al principio de la reseña. Incluso el olor de sus páginas es mágico, especial y embriagador. Páginas donde se reúnen cinco historietas sencillas y golosas con unos personajes que os van a encandilar. Cinco historietas que se derretirán muy rápido delante de vuestros ojos, pues no os van a durar más de una tarde.
Tierno, dulce, encantador y divertido. Así es este manga que os animo a leer. Perfecto para desconectar y perfecto para volver a una época de flores, golosinas y corazones.