Planetary: La saga completa

Reseña del cómic “Planetary: La saga completa”, de Warren Ellis y John Cassaday

planetary la saga completa

El llanero solitario, Sherlock Holmes, Godzilla o James Bond. Batman, Tarzán o La mujer de 50 pies de altura. ¿Qué tienen en común? ¿Qué, además de ser únicos, raros y fascinantes, comparten estos personajes? Son historia pop del siglo XX. Son iconos del cine, la literatura o el cómic que arraigaron con fuerza en el imaginario popular. Son parte de la humanidad y de este extraño mundo. Y descubrir las rarezas que se esconden en los recovecos más insospechados de la Tierra es parte del trabajo de la organización conocida como Planetary. “El mundo es raro. Procuremos que siga así.” Esta es la máxima de Planetary. No se inmiscuyen en los asuntos (o, en principio no deberían), pues son arqueólogos de lo imposible. Ellos llegan, analizan los restos (como haría un paleontólogo), escuchan lo relatado por los testigos, y solo entonces montan una hipótesis, una narración que tenga cierto sentido. Las cabezas visibles de Planetary son tres: Elijah Snow, Jakita Wagner y El Batería. El tipo de pelo blanco capaz de congelarlo todo, la mujer con velocidad y fuerza sobrehumana y el chaval que, siempre con unas baquetas en las manos, lee la información que conforma el mundo. La premisa del cómic es original, compleja como un buen thriller y repleta de amor por las historias de una época que ya pasó. Y es que en Planetary: La saga completa, ahora publicado por ECC, Warren Ellis escribiendo y John Cassaday en el arte, arman un puzle gigantesco de piezas pequeñas que van encajando muy poquito a poco, y, cada una de ellas es una oda a lo clásico mientras hacen uso de la mejor y más moderna narración.

Warren Ellis, periodista, escritor en general y guionista de cómics en particular, resulta un narrador prolífico que se mueve como pez en el agua en cualquier medio: cómics, novelas, blogs o incluso videojuegos. Su carrera dio los primeros pasos en las historias pulp, luego saltó a la colaboración en diversos cómics para, ya en este medio, a finales de los noventa, dar el salto a la fama con Transmetropolitan una historia distópica con un periodista subversivo (alter ego de Ellis y de sus ideas políticas y sobre cómo funciona el mundo) como personaje principal. Planetary llegaría poco después, y Ellis retomaría lo pulp. De hecho, los tres primeros números del recopilatorio son un pequeño aperitivo sobre eso: historias autoconclusivas (o eso parecen al principio) con mucha rareza y bastante de cine de serie B, personajes extraños y un trio de protagonistas que parece el único nexo de unión entre una y otra. Un grupo de exploradores del multiverso, una isla cercana a Japón con kaijus y una historia oriental de fantasmas vengativos. El vínculo de las tres es también ser parte de la narrativa del siglo XX, una narrativa que a medida que avanzamos se torna más compleja, llena de matices y repleta de referencias a personajes. La mayoría han sido alteradas, ya sea por temas de derechos de autor o porque, simplemente, los autores querían un medio para contar algo más grande, una excusa que no se quedara en un simple guiño nostálgico al lector, sino que sirviera como medio para alcanzar unas cotas de imaginación que harán que el lector disfrute como nunca.

Los miembros de Planetary solo parecen mirar, buscar pistas y unir los puntos que cuentan historias alucinantes: un complejo militar en el que, en plena Guerra Fría, se capturó a cualquier sospechoso de ser rojo y se le utilizó en experimentos y que nos llevará a rememorar las películas de ciencia ficción de los años 50; la exploración de un mundo de ficción y las implicaciones que eso lleva o las aventuras de un agente secreto que hace uso de todo tipo de cachivaches tecnológicos. Historias que con un tono de clásico de aventuras cada vez se adentran más en un mundo injusto donde unas pocas personas acaparan una tecnología que ayudaría a muchos. Llegado el momento, te acabas implicando. Esto no está bien, piensas. Y lo haces junto con los protagonistas que, contraviniendo su código se verán obligados a actuar. Lo clásico y lo moderno se unen en una perfecta sinergia gráfica y narrativa para regalarnos un cómic fresco, original y con un sinfín de piezas que una vez encajan ofrecen un puzle enorme y único.

John Cassaday, el artista encargado de poner imagen a las palabras de Ellis, dice que sus influencias las toma de las historias pulp, de la cultura pop en general pero, sobre todo, la que hace referencia a la música. La elección parecía más que obvia. Abrir el cómic de Planetary es descubrir como Cassaday se va superando páginas tras página con un dibujo que tiende a la perfección además de ser sumamente versátil. Los cambios de estilo e imagen se suceden para rememorar las novelas de Julio Verne o Edgar Rice Burroughs, para dar con ese estilo tan particular de las películas de James Bond, de la serie Expediente X, de los cómics de Hellblazer, de la película Matrix pero, sobre todo, y a pesar de toda esa versatilidad, para concretar un estilo propio.

En resumen, Planetary: La saga completa resulta una aventura épica donde la narrativa moderna de los cómics se pone a disposición de las historietas clásicas, donde las referencias se convierten en un bello homenaje a la literatura de género, a los cómics clásicos de superhéroes y a las películas de ciencia ficción de serie B y donde lo accesible y ameno también puede tener varias capas de complejidad.

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