Reseña del libro “Poesía esencial”, de Mircea Cărtărescu
Resulta tan complicado acertar en un comentario de poesía como con el de una fotografía. Son códigos enfrentados pues la vivencia primera de quien lee poesía o mira una imagen es intraducible, no se puede recrear. La tendencia en estas reseñas es la de usar metáforas, ritmos y bellas palabras, que nunca están a la altura del origen. Lo más sincero que podría decirte ahora, desde un conocimiento situado es: debes leer este recopilatorio de la Poesía esencial, de Mircea Cărtărescu.
Me cuenta una amiga rumana que conocer Bucarest, “la ciudad más triste del mundo”, pasa por leer a Cărtărescu. Contextualizar una obra nunca me resultó tan necesario. Si me limito a la lectura superficial de estos poemas, me quedo indiferente. Todo lo contrario que me pasó con Solenoide, con imágenes tan potentes como el profesor quitándose el traje de piel, como si fuera el neopreno de un buceador, cuando llega a su casa para ducharse. Esas visiones siguen impregnadas en mí y de manera espontánea vuelven en las conversaciones o en los pensamientos.
Y es que como dice el propio Cărtărescu nunca dejó la poesía. Quizás la rima o la composición en verso. Pero en esta Poesía esencial, vais a encontrar las fuentes de su prosa. Esos temas recurrentes y escatológicos, feístas como dicen, que se sitúan como reflejo al otro lado de Beetlejuice. Esa mirada perdida, esa absoluta certeza en los distintos planos de realidad al mismo nivel y, sobre todo, esa adoración por los bichos: escarabajos, polillas, crisálidas, libélulas y todas sus transformaciones.
Poesía esencial reúne poemas elegidos expresamente por Cărtărescu entre cinco de sus libros (Faros, escaparates, fotografías; Poemas de amor; Todo; Amor, y Nada), publicados entre 1980 y 2010. Debe ser curiosa esa labor editorial, es decir, zambullirse en tu pasado, al que has renunciado expresamente, para seleccionar y rescatar algunas palabras. “soy todos los espacios a la vez / soy tanto la existencia como todas las posibilidades / hablo con todas las palabras”.
A pesar de ser un joven rebelde y codearse con la bohemia de su época, el tono de su poética es nostálgico, apesadumbrado, siempre triste incluso cuando le canta al amor con ilusión. “Ahora eres la soledad de otro / y yo soy un hombre sin soledad”. Los versos que dedica en esta Poesía esencial a cuestiones cotidianas están plagados de dobles lecturas. Sin embargo, en todos leo esa necesidad vital de escribir, no solo como forma de resistencia, sino como “modo de ser”. Cuando le han preguntado, ha contestado que si no escribiera, se suicidaría.
La poesía y la prosa de Cărtărescu es un posicionamiento en el mundo. El sentido de la poética, que encuentra en la ciencia y en la singularidad de los detalles, es el norte de su actividad literaria, tanto en la producción como en la crítica. Leer Poesía esencial es como meter los dedos en una masa pringosa, que refleja la luz, pero que retiene tus dedos, que al mismo tiempo que huele bien y te gusta mirarla, te provoca náuseas. Pero que en definitiva, te permite ver el mundo desde la oscuridad, de una manera auténtica y excepcional. “soy una motocicleta aparcada bajo las estrellas, junto al escaparate del / taller de reparación de televisores. / sopla el aire del callejón. Estoy pálida, agotada”.