Durante la última visita que hice a Roma, ese museo al aire libre que uno no puede dejar de disfrutar, bajé al Foro y visité el Ara de César, el lugar exacto en el que el líder militar y político romano fue incinerado luego de su asesinato en los Idus de Marzo. Estar presente allí, hacía que mi mente se trasladara al instante a las miles de imágenes que series y libros me habían regalado a lo largo de tantos años de lectura sobre ese fabuloso periodo histórico: El complot y la posterior Guerra Civil que marcó el tránsito de la Republica al Imperio en Roma.
Teniendo en cuenta que sobre el magnicidio de Julio César ya se escribió todo lo que se puede escribir, y por ende la originalidad es difícil de conseguir, siempre es interesante buscar al menos diversos puntos de vista sobre tan famoso suceso; y ahí aparece, como una digna alternativa, Porcia, la esposa de Bruto, de Adelheid Van Beuningen.
La que fuera hija de Catón El Joven, es hoy sin embargo más conocida por haber sido la segunda esposa de Marco Junio Bruto, quien siempre será recordado como el principal protagonista del asesinato de Julio César. Porcia, en este libro, se encuentra al borde de la muerte, pero decide previamente, a través de un formato de diario íntimo, rememorar cómo vivió personalmente aquel asesinato histórico, lo que permite al lector actual observar un nuevo punto de vista de aquellas trágicas jornadas.
Así, capítulo a capítulo, Porcia, a quien se presenta como una mujer con personalidad que sin embargo lucha constantemente entre el amor a su esposo y los valores republicanos que le inculcó su padre, va detallando y novelando cronológicamente el proceso conspiratorio contra César, desde los primeros e intrigantes indicios de complot, pasando por las nocturnas negociaciones de su marido con otros miembros destacados, sin dejar de relatar sus interesantes diálogos con las esposas de Casio y el mismísimo Julio César o el ambiente que se vivía tanto en el Senado como en las calles de Roma y la creciente sensación de que algo grande iba a ocurrir.
Narrada en primera persona, la figura principal de Porcia toma relevancia por tratarse tal vez de la única mujer en estar al tanto de la conspiración para asesinar a César; el período que ocupa su diario íntimo, y por ende la novela, abarca desde los meses posteriores al magnicidio, detallando claramente el 15 de marzo, día del asesinato, para culminar con las consecuencias de este histórico momento y la aparición con fuerza de personajes históricos como Marco Antonio, cicerón o Augusto, que a la postre se convertiría en el primer emperador de Roma.
Como dijimos anteriormente, la novela no es original, porque los acontecimientos relatados son de sobra conocidos, pero sí resulta interesante tratar de comprender cómo vivía esos momentos, en el día a día, una mujer romana de elite y tan cercana a Bruto, el asesino principal, además de sus debates internos acerca de lo moralmente correcto de semejante decisión, poniendo como eje de discusión si el fin justifica los medios, si un asesinato en bien de la República es válido, si vale todo para detener a un hombre que, según ellos, se encaminaba a ese mundo que los romanos juraron no regresar, el de un Rey gobernando Roma.