Hará cuestión de un mes que se estrenó el tráiler de The Defenders. La nueva serie de Marvel reunirá a Daredevil, Jessica Jones, Iron Fist y Power Man; más conocido en el universo televisivo como Luke Cage. Las primeras sensaciones que me dejó tras su visionado fueron buenas. Pero cabe mencionar que, y esto es solo mi opinión personal, el carisma de Luke Cage parecía ganar enteros al aparecer arropado por sus nuevos compañeros de hazañas. El héroe de color que en sus andanzas en solitario había conseguido que no parara de bostezar y que incluso llegara a echar alguna que otra cabezadita, ahora lograba captar mi atención. Tal vez solo sea una ilusión de casi dos minutos y medio (aproximadamente lo que dura el tráiler) que se desvanecerá una vez empiece la serie. Espero que no. Este hecho me ha recordado que en la industria del cómic, en más de una ocasión, unir a superhéroes que por separado pasaban sin pena ni gloria era la solución para animar un poco a los lectores a rascarse el bolsillo, y de paso salvar a esos personajes que en algunos casos habrían caído en el olvido. Luke Cage y Danny Rand. Power Man y Puño de Hierro. Ellos fueron dos de esos personajes que al unirse generaron más repercusión que por separado. El transcurrir del tiempo convirtió sus aventuras en Power Man y Puño de Hierro: Héroes de Alquiler en una lectura a tener en cuenta.
Luke Cage era un delincuente de poca monta especialista en moverse por los bajos fondos de la ciudad; un tipo chungo que cuando entró en prisión lo hizo por un crimen que no había cometido. Allí fue utilizado como conejillo de indias para un experimento que, tras un error, le otorgó una fuerza sobrehumana y transformó su cuerpo en acero puro. Así nació Power Man. Un personaje negro, más chulo que un ocho, con un pelazo a lo afro que sería la envidia de cualquier afroamericano residente en Harlem y con una vestimenta hortera que parecía habérsela robado a los integrantes del grupo Boney M. Por otro lado tenemos a Daniel Rand que, tras la pérdida de sus padres en el Himalaya, fue adoptado por los monjes guerreros de la ciudad mística de K’un-Lun. Durante diez años se entrenó sin descanso hasta convertirse en el arma viviente, en Puño de Hierro. Ahora viste un traje que parece sacado de una peli de artes marciales de serie B y reparte justicia y venganza a partes iguales. Cuando Power Man y Puño de Hierro descubrieron que sus encuentros fortuitos se dilataban en el tiempo decidieron convertirse en emprendedores y fundar la agencia Héroes de Alquiler; convirtiéndose así en los primeros superhéroes que descubrían que el altruismo no pagaba las facturas, y en los primeros también en tener quebraderos de cabeza con el IVA y el IRPF.
Unir a Power Man y a Puño de Hierro es unir las películas de Blaxploitation (en donde el protagonista es un negro que se mueve por barrios de afroamericanos a ritmo de música funk o soul mientras reparte sopapos a diestro y siniestro entre los malos de turno) y las películas de artes marciales, en especial las de Bruce Lee. Buena mezcla, ¿eh? Si el cóctel es explosivo es gracias a la guionista Mary Jo Duffy que consigue que la relación entre los dos personajes tenga sus tiras y aflojas. Recordemos que Luke Cage es un tipo pobre acostumbrado a los barrios humildes y que Daniel Rand es un niño rico algo inocentón que, sin maldad alguna, en ocasiones quiere solucionar problemas a golpe de talonario. Esta tensión se diluye con los momentos, muy bien medidos, de humor que consiguen que entre ellos se establezca un gran vínculo afectivo.
Y entre las risas y el mal rollo se encuentra el trabajo detectivesco. Porque en Héroes de Alquiler se dedican a eso, a patearse las calles para resolver casos de asesinatos, de robos, de secuestro, etcétera, hallando casi siempre involucrado a un supervillano que solo entrará en razón después de una buena tunda. Villanos como Dientes de Sable, el Monolito Viviente o Montenegro que en ocasiones les pondrán las cosas tan difíciles a nuestro dúo que deberán cooperar con los X-Men, Daredevil o La Hijas del Dragón, entre otros, para conseguir que muerdan el polvo.
Sin lugar a dudas Mary Jo Duffy hizo un trabajo excelente en esta etapa que Panini Cómics recoge en un tomo de 704 páginas. No se puede decir lo mismo de los dibujantes, pues aunque formó una pareja perfecta con Kerry Gammill, el cual dibujó de forma notable y con gran detallismo la mayoría de las aventuras de este tomo, algunos, como Lee Elias o Trevor Von Eeden, no pasaban de un dibujo correcto y otros, como Denys Cowan, intentando emular el estilo de Frank Miller, dejaba para la posteridad algunas viñetas de calidad paupérrima. Y ya que ha salido el señor Miller a relucir, no puedo más que recomendaros ese capítulo en el que Daredevil (solo unos pocos años antes de que el diablo de La Cocina del Infierno alcanzara la excelencia en la obra Born Again) se cruza en el camino de Power Man y Puño de Hierro.
En definitiva, Power Man y Puño de Hierro: Héroes de Alquiler es un clásico, un referente de los cómics de superhéroes de los años setenta que no deberían perderse aquellos que disfruten de una buena aventura detectivesca con su debida cuota de acción.