Fotos de gatitos, de pies en la playa y pornografía. Estos son los tres elementos que se dice, acompañado de un tono jocoso, que predominan más en internet. Detrás del cachondeo tal vez sí que haya algo de verdad. Ineludible es pensar en todo ese material de calidad nula que se sube a la nube. Contenido con el mismo interés que el de ese vídeo casero cutre que todos nuestros padres grabaron alguna vez. Pero el ser humano es veleidoso por naturaleza. Lo que antes gustaba ahora es una mierda. Lo que antes era vilipendiado ahora recibe elogios. Fijémonos en algo tan frívolo como la moda: hace años nos partíamos el culo con los guiris que vestían calcetines con chanclas, ahora es cool. Preferencias del sistema aborda esta inconstancia humana poniendo el foco en como bienes de la humanidad como la cultura quedan en manos de una sociedad altamente neoliberal.
Antes de entrar en materia creo que es importante conocer al autor ya que por estos lares no es muy célebre. Ugo Bienvenu se especializó en cine de animación orientando su talento hacia la vertiente más experimental. Os recomiendo visitar Youtube y echar un vistazo a su cortometraje La fin du Monde o a Holidays Forever, un spot para Edwin, una marca japonesa de ropa. Pura delicia condensada en unos pocos minutos. Aunque parecía que la trayectoria de Ugo estaba muy clara como animador, no tardaría mucho en dar el salto al cómic. Su primer encargo fue convertir en viñetas Sukkwan Island, una de las primeras novelas de David Vann. Preferencias del sistema, publicado en España por Ponent Mon, es su cuarto álbum.
En Preferencias del sistema Ugo Bienvenu nos traslada al futuro; un futuro indeterminado por la ornamentación pero no excesivamente lejano en lo que respecta al modelo de sociedad. Yves trabaja en una empresa en la que en su red de servidores se guarda todo el conocimiento de la humanidad en archivos: libros, películas, música, discursos políticos, así como fotos de gente en la playa, vídeos de perritos muy monos o la última soplapollez del youtuber de turno. Yves es el encargado de liberar espacio. El contenido con menos tráfico, con menos audiencia, es eliminado de por vida, sea lo que sea. ¿Que el Quijote ya no se lee? Pues fuera y así tenemos espacio para más selfies. Lo efímero y superficial por encima de lo eterno. Pero Yves, al igual que el bombero pirómano de Fahrenheit 451, ha decidido rescatar aquellos archivos que le parecen bellos: la película de 2001: Odisea en el espacio, poemas de W.H. Auden, cuentos de Andersen e incluso canciones de Céline Dion. Esos archivos los salvaguarda en Mikki, un robot nodriza que está gestando al bebé que él y su mujer van a tener en breve.
En Preferencias del sistema la distopía está servida: la sociedad lleva el capitalismo y el individualismo tan arraigado en las venas que solo importa tener más, mejor y cuanto antes. Los humanos se hacinan en ciudades donde todo está automatizado y han perdido los lazos que alguna vez tuvieron con la naturaleza y con su propia historia. “¿Cómo se construirán las generaciones futuras si no tienen acceso a lo que realmente pasó?” Ugo Bienvenu dibuja ciudades frías con pulso de arquitecto en contraposición de esos animales, esa maleza, esos árboles que muestran la delicadeza de un paisajista avezado. Los humanos de la ciudad visten con todas esas fruslerías que tantas veces hemos visto en películas de ciencia ficción de serie B: gafas grandes oscuras y cutres y trajes plateados y obscenamente ajustados. Vestimentas, irónicamente, exentas de humanidad. El mensaje está claro: sin un equilibrio entre hormigón y prados y con la pérdida de nuestra autosuficiencia, el humano está abocado a convertirse en un ser insensible no muy diferente a los robots que fabrica.
La ironía entra en juego cuando conocemos más en profundidad a Mikki. El robot, en algunos momentos, demuestra estar mucho más en consonancia con el mundo animal y vegetal que los propios humanos que lo fabricaron. Demuestra tener mucha más… sensibilidad. Con todo, hay que recordar que como buen robot forma parte de su programación y lleva a cabo a la perfección las tres normas de la robótica que elaboró Isaac Asimov. Quizá sea eso, quizá no. Siempre queda la duda y todo depende del lector. Mikki, por derecho propio, acaba convirtiéndose en un personaje difícil de olvidar; sobre todo de cara a la mitad del álbum, en el que predominan las viñetas mudas pero con tanta elocuencia como belleza. Al final, a pesar de la crítica al capitalismo, a nuestra necesidad de salvaguardar lo que nos hace realmente humanos, el autor, a través de no pocos momentos de gran carga filosófica, también deja un resquicio a la esperanza.
En resumen, Preferencias del sistema es un cómic de ciencia ficción de los que dejan huella. No solo tiene una historia bien narrada y de una gran belleza visual, si no que además nos deja grandes reflexiones sobre la condición humana y la necesidad de salvaguardar nuestra humanidad y nuestra historia a toda costa.