La vida me ha enseñado a creer en historias de amor. Todo empezó cuando, de pequeña, veía en modo bucle las películas de Disney. No vayáis a pensar, yo no era de la Cenicienta o Blancanieves, no. Yo era de Dumbo (debía gustarme sufrir). Esa película me enseñó que el amor es lo que mueve el mundo. En ese caso, el amor de una madre por su hijo y a la inversa. ¿Y eso no es amor? Es el más honesto y verdadero del mundo. Y después la vida se ha encargado de demostrarme que el amor es lo que mueve todo y, que sin él, estaríamos perdidos.
Pero Héctor sufrió tanto, la vida le hirió tan dentro y tan fuerte, que dejó de creer en historias de amor. Es más, se prohibió creer en ellas. Había nacido indefenso y ya desde el primer momento sus padres lo dieron en adopción. Después, de casa en casa de acogida esperando a cumplir los dieciocho para poder enfrentarse a la vida cara a cara. Esto le hizo entender que el mundo no estaba hecho para él, que él era diferente y que no debía seguir el camino que los demás tomaban.
Hasta que apareció Cali, una chica de todo menos convencional. Cali, junto a sus padres y su hermana, tiene un canal de Youtube en el que sube absolutamente todo lo que ocurre en su día a día. Al principio parecía un juego; ella y su hermana eran pequeñas y parecía divertido ponerse delante de una cámara. Pero los años fueron pasando y lo que al principio era diversión se convirtió en dolor al saber que la intimidad casi ni existía en esa casa. Angustia al saber que todo el mundo controlaba sus movimientos. Y pavor por no conocer cuál iba a ser su futuro.
Cali y Héctor. Dos personas que no podrían venir de mundos más diferentes. Él, pidiendo en la calle para poder subsistir. Ella, aceptando los regalos que las marcas le hacían para obtener publicidad. La noche y el día. Pero ya sabemos que los polos opuestos se atraen, ¿no?
Ese es el planteamiento general de Prohibido creer en historias de amor, escrito por Javier Ruescas. Javier es youtuber (podríamos catalogarlo mejor como booktuber) desde hace bastantes años. Yo sigo su canal desde hace mucho tiempo y siempre me han gustado sus vídeos. Os tengo que decir que este no es el primer libro que escribe, ya que antes de este ya ha publicado unos cuantos más, pero no sé por qué nunca me he lanzado a leer algo de lo que había escrito. Bueno, sí, leí en su día Y luego ganas tú, en el que participó con un relato, pero no podríamos decir que sea un libro de él. Así que me dije que ya iba siendo hora de leer algo en condiciones de Javier Ruescas y ver qué tal se le da eso de ponerse delante de la pluma.
El resultado ha sido muy satisfactorio. Prohibido creer en historias de amor se lee rapidísimo ya que es muy entretenido. Tiene una historia paralela en la que los protagonistas deciden arreglar una sala de cine antigua que a mí me ha encantado. Con esto quiero decir que no creáis que se trata de una simple historia de amor, sino que el libro va mucho más allá: podemos encontrar misterio, aventura, historias de amistad, de familias que atraviesan dificultades… La capacidad de saber mezclar todas estas tramas y que todo tenga sentido y no se pierda la conexión es lo que más me ha gustado de este libro.
También me ha gustado mucho la manera con la que Javier Ruescas analiza el tema de exponer tu vida en las redes sociales. Me ha gustado que él, que es una persona que tiene miles de visitas cuando sube un vídeo a Youtube, sea el que cuente todo esto. No sé si la personalidad de Cali está basada en él o en algún amigo del gremio, pero se nota que está desarrollada desde un punto de vista muy personal. Yo, que estoy detrás de la pantalla, no pienso en si esa persona que está grabándose lo hace porque quiere o se siente ya un tanto obligada a grabarse porque o bien es un trabajo o bien es una rutina. No sé qué significa dejar que la gente siga tu día a día de una manera tan abierta que puede llegar a asustar. Desde luego, ahora cada vez que vea un vídeo, lo voy a ver con otros ojos.
Después de leer este libro yo seguiré creyendo en historias de amor, como siempre he creído y (espero) como siempre creeré. Porque, como decía al principio, el amor es lo que mueve el mundo, estoy convencida de ello. Y, si no pensáis así, deberíais empezar a cambiar de opinión, porque seréis mucho más felices. Confiad en mí. Creo que Héctor consiguió llegar a entenderlo, después de todo.