La batería es uno de esos instrumentos que jamás me he planteado tocar en mi vida. Mi falta de psicomotricidad puede haber influido en mi desidia hacia este instrumento, pero lo cierto es que podría nombrar a centenares de cantantes, guitarristas, trompetistas… ¡incluso bajistas!, pero me costaría horrores acordarme de media docena de baterías. Precisamente por eso, una de las cosas que más me han impresionado de Punk Rock Blitzkrierg, la biografía que Marky Ramone escribió con la colaboración de Rich Herschlag, ha sido la forma en que este ya veterano músico consigue transmitir su pasión por el instrumento al que ha dedicado su vida.
Es una biografía bastante al uso en su estructura, con todo lo bueno y lo malo que ello implica. Es lineal en su desarrollo, que abarca desde la infancia del pequeño Marc Bell en Brooklyn hasta sus últimos años sobre los escenarios, en los que todavía sigue, con su banda Marky Ramone’s Blitzkrieg. El repaso cronológico nos permite conocer sus travesuras de la infancia, las bandas que comienza a escuchar en su adolescencia, sus comienzos con la batería, los primeros grupos en los que toca (entre ellos, los muy recomendables The Voidoids), la forma en la que sustituye a Tommy como batería de los Ramones…
No sé si habrá sido porque ya ninguno de los Ramones originales puede desmentirle sus opiniones y anécdotas, pero Marky no se cortó un pelo en contar las rarezas y excentricidades de sus compañeros de banda. Como no podía ser de otra forma, en sus recuerdos hay mucho de sexo, drogas y (punk) rock aunque, personalmente, la confesión que más me ha sorprendido ha sido saber que los Ramones tenían por norma no colocarse antes de subir a tocar. Quién lo hubiera dicho. Sus recuerdos también ayudan a descubrir el porqué de algunas de las más crípticas canciones del grupo, como de la famosísima Blitzkrieg bob.
Es una biografía extensa y detallada, lo que no puedo negar que me sorprendió bastante, ya que esperaba otra cosa muy diferente. La primera vez que vi la portada y que imaginé lo que sería leer la biografía de uno de los Ramones me esperaba algo más visceral, gamberro, políticamente incorrecto…incluso mal escrito, por qué no decirlo. Pero todo lo contrario; lo que he encontrado en estas líneas ha sido una biografía sin grandes artificios estilísticos, muy correcta en este aspecto, pero que ha volcado todo su interés en el amor y la pasión de Marky por los bombos, los goliats, los crashes y los charles.
Por supuesto, como ya he comentado, esto no evita que en esta biografía se recojan decenas de anécdotas irreverentes y divertidas. También tienen cabida los malos momentos, como la tensa relación entre Johnny y Joe o el periodo de cinco años en el que Marky tuvo que ser expulsado de la banda por su adicción al alcohol. También hay mucha música, desde luego. Estas memorias están plagadas de referencias a los principales artistas y grupos de la época. De hecho, el glosario que incluye el libro ocupa unas veinte páginas, de las que la mayor parte de las referencias son de las bandas y los artistas que se van citando entre recuerdo y recuerdo, lo que deja como resultado un intenso repaso a la música popular desde comienzos de los años 70 hasta casi la actualidad.
Son muchas ya las biografías de músicos que llevo a mis espaldas. Las hay mejor y peor escritas, más y menos sinceras… A mí me gusta dividirlas en dos grandes grupos: las que transmiten pasión por la música y las que se limitan a contar lo vivido. Y en Punk Rock Blitzkrierg tenemos una de las primeras. Y por muy saturado que esté el mundo de la biografía, creo que las de este tipo nunca están de más.