Reseña del libro “Quemar las naves”, de Ángela Carter
Tuve la suerte de conocer la escritura de Ángela Carter a través de una hermosa edición de su novela Noches en el circo de la editorial Sexto Piso, y desde ese momento, cada vez que se me presenta la oportunidad, acudo a ella sin dudarlo.
Quemar las naves. Los cuentos completos, es una recopilación exquisita de todos los relatos que esta maravillosa escritora tuvo a bien dar forma.
La Editorial Sexto Piso la reedita ahora con portada rústica y nos permite volver a deleitarnos con las asombrosas historias que esta mujer fue capaz de plasmar en papel: cuarenta y dos, nada más y nada menos y con un prólogo a manos del mismísimo Salman Rushdie, quien tuvo la suerte de compartir con ella numerosas tardes, divertidas anécdotas y que confiesa haberse sentido un poco sorprendido en el funeral religioso de su amiga, cuando dejó este mundo para viajar al siguiente afirmando: “muero atea, gracias a Dios”, con lo que además de una gran escritora demuestra un gran sentido del humor.
Con títulos tan atrayentes como La cámara sangrienta¸ Nuestra señora de la masacre o Servir de rifle al Diablo, que invitan a leer de forma inmediata, nos encontramos también historias ya conocidas, escritas originalmente por otra pluma pero con una nueva perspectiva, como Alicia en Praga o la curiosa habitación, El gato con botas y Pedro y el lobo.
Quemar las naves. Los cuentos completos, contiene todos sus relatos, desde su más tierna juventud hasta sus últimos años de vida y para todos los gustos. Haciendo guiños a otros escritores como al estadounidense creador del cuervo gótico más famoso del mundo, en El gabinete de Edgar Alan Poe, (imposible no pensar e impensable no reconocer que al leer este título no piensas inmediatamente en una habitación llena hasta arriba de artefactos maquiavélicos propios de la mejor de las pesadillas).
Hombres lobo, vampiras, historias ambientadas en el lejano oeste, Shakespeare, mundos del revés al otro lado de un espejo, personajes clásicos que te cambian el final del cuento porque están hartas de un sistema social que no les permite ser ellas mismas… historias, en definitiva, muy al estilo de Ángela Carter.
Como ya hiciera en La juguetería mágica, nos vuelve a engañar con un título que te hace pensar en una historia para darte de bruces con algo oscuro, rozando lo romántico entendido en su justa definición. Y demuestra, en muchas de las estas historias cortas que componen Quemar las naves. Los cuentos completos, cuánto le gustaban el cine, el teatro y el arte en general.
Leer a Ángela Carter no supone un difícil ejercicio, es fácil dejarse llevar por ella a esos mundos donde nada es lo que parece y dónde todo está justo donde debe.
Hay que hacerle caso a Salman Rushdie cuando nos pide que no olvidemos el trabajo de su amiga, cuando nos invita a leerla y a hablar de sus relatos, para que nunca caiga en el olvido el trabajo de una escritora que supo sacarle partido a las letras, que supo crear mundos distintos sin llegar a rozar la fantasía ni la ciencia ficción, porque ella, en la oscuridad de lo gótico se sentía la mar de a gusto.