Querido diario: hoy ha empezado la guerra

Querido diario hoy ha empezado la guerraNos cuentan Tania y Gonzalo en la introducción, cómo llega hasta ellos este curioso diario de Pilar Duaygües, y de paso nos ponen en situación para conocer a todos los miembros de esta familia que se trasladará poco antes de empezar la guerra, de Melilla a Barcelona, y que está compuesta por el padre, la madre y cuatro hermanas: Teresa, que se enroló como miliciana y trabajó en la organización de la defensa pasiva de la ciudad de Barcelona, y era tras la que realmente andaban buscando información; Mary, que trabajó en el periódico republicano El Diluvio; Ruby que fue destinada al frente como enfermera, y Pili o Pilar, nuestra protagonista, que es de las hermanas la más pequeña y también la que nos podrá dar una visión más general de cómo se vivieron los años de la guerra en la ciudad de Barcelona.

No viene al caso hablar del valor literario de Querido Diario: hoy ha empezado la guerra, esta obra que hoy se nos presenta, aunque naturalmente sí podemos hablar de ello para hacernos una idea de cómo se expresa y de cómo escribe la población, la gente normal de clase media, y en ello podemos encontrar quizás, ese punto de valor literario. Aunque si algún valor hay que darle y prevalece ante los demás, será es el valor de testimonio histórico directo.

Nuestra joven protagonista en una buena estudiante, gran lectora e impresionante aficionada al cine. De hecho podemos hacer un recorrido exhaustivo del cine visto en Barcelona entre Junio de 1936 hasta el final de la guerra. Supongo que siendo los cines sitios seguiros en tiempo de guerra era normal que allí se pasasen muchas horas. Además hay que tener en cuenta que en la mayor parte de los caso hablamos de sesiones dobles o incluso en ocasiones triples ¡TRES PELICULAS SEGUIDAS! Está claro que ahora sería algo imposible por muchísimos y diferentes motivos que no comentaré pero que estarán en la cabeza de todo y cada uno de ustedes. De hecho hay un momento en que Pilar se da cuenta de que ella y su familia han tocado fondo cuando no tiene de donde sacar los dos reales que cuesta la entrada de cine una vez tomada Barcelona, y no sirviendo ya para nada el valor del dinero republicano.

“Domingo 5 de Febrero de 1939

Ni que decir tiene que estoy aburridísima. Ya han empezado el cine y hoy, que tenía ilusión de ir, no tenía ni dos míseros reales. Dos reales que cuesta y no poseerlos. Cuando pienso que antes los daba a un pobre que encontrase… “

Pili, aun cuando es probable que fuese en algunos de sus ámbitos de vida catalanoparlante, escribe en castellano, y está claro que también estudia en castellano, a pesar de que lo hace en academias e institutos de la Barcelona republicana. Me ha recordado mucho a mi infancia, a muchas de las personas que había a mi alrededor que hablaban a medias el catalán y que utilizaban expresiones que ahora he visto aquí escritas de la mano de Pilar, expresiones como “hacer sábado”, “subir al terrado”, utilizar de forma abusiva la palabra “padecer”, o la curiosa forma de expresar las horas que tienen en Cataluña.

Ha sido realmente curioso leer este Querido Diario, diario al fin y al cabo de una adolescente, pues empieza la guerra con 15 años. Una joven fuertemente influenciada, lógicamente, por sus hermanas mayores y es de suponer que también por sus padres. La guerra le cambia la vida de forma radical, es cierto que es una privilegiada y puede seguir sus estudios en la academia y posteriormente en el Instituto Obrero, pero todo ello le cuesta un gran esfuerzo personal, son días de hacer largas filas para todo, para comida, para transporte, para combustible, y estando sus hermanas trabajando, entre ella y su madre tienen que organizarse para todo, incluidas las faenas de casa. Esos madrugones para las filas, con frío y con calor, y las muchas noches de desvelo por los aviones enemigos, hacen que sea reiterado el cansancio y el sueño en nuestra amiga…

Días duros que nos irá narrando mientras va descubriendo amistades, deslealtades, amores, desamores, la vida… La vida que seguía entre bombas y pistolas, seguían las clases, seguían los bailes, los cines, hasta las muertes nos llegan a parecer números, un rato de dolor y luego la vida que sigue… y el dolor que queda por los que no regresan o de los que no se sabe nada. Y el odio por todo lo faccioso, incluso odio abierto hacia algunos familiares directísimos, pero al final es un odio que dura lo que dura el dolor y luego poco a poco, casi sin darnos cuenta, se va disolviendo en la normalidad, en la cotidianidad… “Ahora hay más comida, pero menos dinero para comprarla…”.

Claro que me ha resultado curioso el libro, mucho, me quedo con estos cuadernos escrito por una joven española en Barcelona, me quedo con sus ilusiones, con su inocencia, me quedo con sus miedos, y tendré que quedarme también con ese primer enamoramiento narrado con tantísima intensidad.

Y me quedo, ¡cómo no! con su amor incondicional por la lectura, el cine, la pintura… Las artes que tanta falta hacen para evitar desastres como las guerras.

3 comentarios en «Querido diario: hoy ha empezado la guerra»

  1. un testimonio directo tiene mucho valor, claro que si. Entraría en lo que se conoce como “microhistoria”.
    Aquí en México hace muuuuuuchos años, en los cines había lo que se conocía como “permanencia voluntaria” pagabas una entrada y podías quedarte dentro del cine tantas horas como quisieras. Lo malo es que solo era una pelicula la que pasaban una y otra vez 😀 pero a mi de niña me mandaban allá…me imagino que cuando mi abuela quería tener un poco de tiempo libre. Nos llevaban a todos los niños que vacacionábamos en la casa de los abuelos y nos decían: “en tantas horas regresamos por ustedes” jajaja. Y nosotros bien felices en el cine.
    un beso,
    Ale.

    Responder
    • Qué curioso recordar nuestras infancias, parecen que nos llegan con tanta claridad que se puede revivir el momento. Lo bueno de llevar un diario es que en ocasiones no puedes fiarte mucho de la memoria porque los años y el paso del tiempo dulcifican o amargan los recuerdos. Un fuerte abrazo, Ale!

      Responder

Deja un comentario