Quisiera que alguien me esperara en algún lugar, de Anna Gavalda
Ya antes de leerlo vaticiné que este compendio de relatos me iba a gustar. Conocía a Anna Gavalda porque en su día devoré Juntos, nada más y El consuelo, novelas que recuerdo con una gran sonrisa, sobre todo la primera, que se encuentra entre mis obras preferidas. Por eso, cuando cogí Quisiera que alguien me esperara en algún lugar lo hice con mucho interés. Sospechaba que no me iba a defraudar y, en efecto, así ha sido.
Anna Gavalda tiene una escritura fresca, ágil. Sus frases (¡ah, sus frases!) son cortas y claras, con un tono irónico que hace las delicias del lector, y su vocabulario cotidiano sin caer en lo vulgar provoca que su lectura sea rápida y atrayente. Es más, a veces parece incluso que te esté hablando en persona, ella frente a ti, más que explicándote historias con meras palabras.
Desde luego, las historietas en este libro contadas no tienen nada que ver con el resto de sus obras porque, para empezar, son sólo unas pocas páginas, retales de vidas. Son momentos fugaces que muestran la esencia, el rumbo de doce vidas muy diferentes entre sí pero que comparten, para bien o para mal, una experiencia común: el Amor.
En cada capítulo los protagonistas varían: hay hombres, mujeres, jóvenes, adultos, trabajadores, padres, solteros… Todos ellos tienen una visión y, sobre todo, una experiencia singular en lo que se refiere al amor. Y aunque no tienen nada que ver entre ellos y en su mayoría son totalmente opuestos, esos retales de sus vidas que leemos son tan reales, tan creíbles que podríamos creer que se tratan de las de nuestros vecinos, de los amigos de nuestros amigos, de toda esa gente que nos cruzamos cada día y de las que nunca conoceremos más que su rostro…
Es como si Anna Gavalda se colara entre los resquicios de la existencia de sus protagonistas y nos contara desde sus espaldas sus quehaceres cotidianos, sus pensamientos, sus dudas, sus miedos. Y es así, con la puesta en escena de la que podría ser nuestra vida o la de cualquier otro, nos hace recordar la dolorosa y silenciosa soledad, para luego hacerte concluir que no hay nada más valioso que la compañía de aquél que quiere estar contigo… del amor, al fin y al cabo.
De entre los doce relatos destaco el primero Pequeñas ocupaciones germanopradinas. En éste Gavalda nos muestra cómo un hombre y una mujer que no se conocen de nada, después de intercambiar miradas en la calle y sentirse atraídos el uno por el otro, quedan para cenar. En palabras del hombre protagonista, no hacerlo hubiese sido “demasiado absurdo”. Luego nos sentamos con ellos a la mesa, leyendo los pensamientos de ambos y experimentando a la vez la evolución y el desenlace (que no revelaré) de la velada. La verdad, da pena que las páginas se acaben tan pronto.
También me ha gustado mucho el Epílogo. En él la escritora nos cuenta su propia experiencia con el editor al que envió el manuscrito de esta misma obra. Dada la ironía con la que está escrita, realmente te ríes leyendo la angustia de Anna Gavalda mientras espera la respuesta de éste, cómo se alegra cuando la recibe, la indecisión del qué ponerse para la cita que tiene con él, el transcurso de la reunión y en lo que ella acontece…
Aviso que aunque haya destacado sólo dos de los relatos, todos me han gustado, unos más que otros, cierto, pero lo suficiente todos ellos como para recomendar sin duda la lectura de este libro. Y digo más, si sois de leer en la cama antes de acostarse, éste es ideal.
Qué tontas son las mujeres que quieren tener un hijo. Qué tontas.
En cuanto saben que están embarazadas abren de par en par las compuertas del amor: amor, amor, y más amor.
Ya no las volverán a cerrar nunca más.
Qué tontas.
Judit Rodríguez
judit@librosyliteratura.es
Me has dejado con la miel en los labios, no queda más remedio que ponerlo en la lista 🙂
Haces bien, Elwen, haces bien 😉 ¡Espero que te guste!
a mi tambien me encanta anna gavalda, al igual que tu juntos nada más figura entre mis favoritos, asi que despues de leer la nota sin duda correré a la librería a por el libro, estoy segura que no me decepcionará.
Aunque este es el tipo de literatura que no suelo leer habitualmente, tu comentario me ha dejado con ganas de conocer algo de Gavalda. ¿Por dónde me recomendarías empezar?
Un saludo,
Javier
Me gusta mucho Anna Gavalda, he leido todos sus libros, pero si tuviera que recomendar uno sería sin lugar a dudas: LA AMABA. Estoy esperando el último, aunque dijo ella misma que versaría sobre literatura infantil-juvenil.
No he leído “La amaba” (creo que es el único que me falta), así que no puedo opinar sobre él, aunque seguro será bueno, como todo lo que escribe esta mujer. Coco, ¿crees que es mejor que “Juntos, nada más”? Sí es así mañana mismo me acerco a la librería… Marta, ¿tu qué dices de él?
Javier, aunque no te llame la atención este tipo de literatura, seguro que Gavalda te gustará. A mí el que más me gustó fue el de “Juntos…”, es una delicia. Si quieres puedes empezar por ahí, ¡si no es que otros lectores de Gavalda te aconsejen otra cosa! 😀
¡Un saludo a los tres!
Judit Rodriguez,
Nunca me gusta comparar libros porque pienso que son muy distintos entre sí. En el caso de La amaba, es mucho más intimista, menos coral que Juntos nada más,que por cierto es muy recomendable,pero a mí me conmovió más el primero. El último libro que leí de esta escritora “El consuelo” me pareció muy irregular, y desde luego le sobraban cien páginas.
Alguien me podría decir si estos títulos de Anna Gavalda están ya traducidos:
La carta de amor más hermosa(1992)
Los que saben entenderán (2002)
La bonita escapada (2001)
¡Un saludo!
¡No se hable más! En cuanto pueda me acerco a comprar “La amaba”. “El consuelo” me gustó mucho, aunque sí es cierto que se podría haber ahorrado esas cien páginas que comentas.
Que yo sepa, en español sólo están editados (no sé si en este orden):
– 35 kilos de esperanza
– Quisiera que alguien me esperara en algún lugar
– La amaba
– Juntos, nada más
– El consuelo
¡Saludos, Coco!
Vi una entrevista a esta escritora en el programa “Página 2” y sinceramente me sedujo: Una mujer muy inteligente, con los pies bien puestos en el suelo.
Al día siguiente de ver la entrevista compré uno de sus libros (Juntos nada más) pero lo regalé antes de leerlo. 🙂 Tendré que hacerme con otro ejemplar.
Pues yo por más que lo intento no consigo sacar nada atractivo del libro. Se sospecha lo que sucederá desde el primer momento, las descripciones son bastante parecidas en las historias, y parece más bien un libro “fabricado”, dirigido a vender. El cebo: personajes cotidianos, para que la gente se sienta identificada.
Su estilo me recuerda al de novela rosa.
Lo peor de todo es que me lo tengo que leer por motivos laborales…
Lo acabo de leer y suscribo todas y cada una de tus palabras, cuando hice la reseña de El consuelo concluí que parece que en lugar de leer estes sentada con la autora en un cafe y te este contando la historia, y veo que tu has llegado a la misma conclusión…
Carmina, me alegra que te haya gustado y que hayas sentido a Gavalda tan cerca como yo lo hice en su momento. Es cierto que los personajes son cotidianos, como ha dijo Oihana en su comentario, pero en lugar de considerar esto como algo negativo, creo que más bien intesifica esa proximidad de la que hablábamos, nos ayuda a vernos a nosotros mismos y a entender un poco mejor a la sociedad que nos envuelve, si es que eso es posible.
Un saludo,