No sé si está muy bien empezar esta reseña diciendo que no soy gran fan de Anne Rice. Pero aun así, lo haré. En su día me leí el primer tomo de Crónicas vampíricas y me gustó bastante pero no lo suficiente como para seguir con la saga ni con otros libros suyos. En cambio mi madre, allá por los noventa, era muy fan, lo que significa que llenó la biblioteca de libros de esta autora, por lo que he crecido viéndolos en mis estanterías. En más de una ocasión ha salido Anne Rice en alguna de nuestras conversaciones y mi madre siempre me decía que su favorito era uno llamado La momia. A pesar de ello, nunca lo leí. Por eso, cuando vi que la autora había sacado el libro del que vengo a hablaros hoy, Ramsés el maldito, la pasión de Cleopatra, decidí que era el momento perfecto para darle otra oportunidad.
Lo que yo no sabía —y esto me está pasando mucho últimamente, lo que demuestra que al final voy leyendo lo que me da la gana—, es que precisamente esta es la segunda parte de La momia, libro que escribió hace más de treinta años y que enamoró a sus fans. Según estos, en esa primera parte se dejaban muchísimas cosas en el aire y era necesario que la autora siguiera escribiendo sobre esta historia, pero según estos también, no era necesario que lo hiciera treinta años después, cuando esos interrogantes habían quedado un poco en el olvido. Aun así, ella, junto con su hijo, Christopher Rice, decidieron darle una segunda vida a Ramsés y escribir esta segunda parte.
Ramsés el Grande, después de descubrir el elixir de la vida, resucita en la Inglaterra eduardiana. Todo parece irle bien, incluso está a punto de casarse, hasta que aparece Cleopatra, que (ojo, spoiler de la primera parte), todos pensaban que estaba muerta pero que ha conseguido sobrevivir a aquel fatal accidente. Ahí empezará una batalla para ver quién de los dos es más merecedor de dicho elixir mientras que un ser oscuro de más allá del desierto del Sáhara llamado Sibyl, pone en peligro todo lo descubierto por estos faraones y pone en peligro, también, el mismísimo mundo.
Es una novela que podríamos catalogar como thriller, aunque con los típicos rasgos sobrenaturales e históricos que caracterizan las novelas de Anne Rice. También encontramos escenas tórridas y subidas de tono —que también vienen siendo habituales en sus historias— pero con la diferencia de que aquí, en este libro, están un poco metidas con calzador. No sé si será así en el resto de libros (al menos en Entrevista con el vampiro puedo asegurar que no lo es), pero en este me ha dado la sensación de que la autora quería incluirlas sí o sí y no sabía muy bien cómo hacerlo. También sería un error por mi parte intentar comparar este libro con el otro que me leí de la autora, ya que han pasado muchísimos años entre uno y otro y es inevitable que cosas tan importantes como el estilo o la calidad varíen con el paso del tiempo.
Y también influye en esto la compañía de su hijo, ya que son muchos fans los que dicen que básicamente lo ha escrito él con las ideas de ella. Y esto se nota en que el ritmo es más rápido y en que no se va por las ramas. Además, lo bueno de este libro es que, al haber varios personajes importantes y varias tramas que van paralelas, el lector va de una a otra constantemente sin tiempo para aburrirse. Pero esto también tiene otra consecuencia que no me gusta tanto: no le da tiempo a profundizar en todos los personajes y es una pena, porque esta novela está protagonizada ni más ni menos que por Ramsés y Cleopatra, ¡vaya dos! Y me ha dado un poco de pena que sus caracterizaciones hayan sido superficiales dándole más importancia a la historia que a los personajes. Y me apena precisamente porque soy una gran enamorada del Antiguo Egipto y me hubiera gustado muchísimo que los autores les hubieran dado más profundidad y, por decirlo de alguna forma, realismo.
Por otro lado tiene algo bueno y es que se puede leer sin haberse leído la primera parte, podría ser una novela independiente perfectamente. Lo único que hay que saber es un mero resumen de esa primera para que el lector sepa un poco quién es Ramsés y poco más. En eso le doy un punto muy valioso porque podrían haber cometido el error de crear una historia muy unida a la primera (tanto que fueran indisolubles) y, existiendo treinta años de por medio, no sería algo demasiado recomendable.
En definitiva, Ramsés el maldito, la pasión de Cleopatra, es un libro que me ha dejado con ganas de más, aunque me ha entretenido mucho y me ha parecido cuanto menos curioso, pero me deja con un sabor un tanto agridulce que espero que se me pase leyendo alguna que otra novela de Anne Rice.