Reseña del libro “Recetas del mundo de Tolkien”, de Robert Tuesley Anderson
Voy a resumir el libro del que vengo a hablaros hoy con una frase de su prólogo que me parece perfecta:
«En las novelas de Tolkien, la comida representa compañía y amistad, cariño y esperanza, y quizás lo más importante de todo: un hogar. Así pues, no debe extrañarnos que el lembas, el pan de los Elfos, tenga propiedades espirituales e incluso divinas.»
¿En qué momento se me ha ocurrido la idea de leer un libro sobre las recetas que Tolkien mencionó en sus libros? Pues en el momento en el que supe que esta maravilla existía.
Si me leéis por aquí, ya sabréis que soy una apasionada de la creación de mundos literarios y que me encanta sorprenderme con los detalles que los autores incluyen sin que apenas nos demos cuenta. Y yo no voy a descubrir nada nuevo: todos sabemos que Tolkien era un experto en eso de crear mundos —no hay más que prestar un poco de atención al espacio, a los seres o al lenguaje para darnos cuenta de ellos—. ¿Pero también la comida? Efectivamente, también la comida.
Y un día aparece en mi vida el libro Recetas del mundo de Tolkien, escrito por Robert Tuesley Anderson y editado por Minotauro, y descubro que un mundo nuevo se abre ante mis ojos.
Tolkien era un apasionado de la comida y la bebida y por ello se toma tantas molestias en incluir detalles al respecto en sus obras. Sin embargo, estos detalles son tan detallados —valga la redundancia—, que permiten que un señor se fije en ellos y cree un libro con recetas para prepararlos en casa. ¡Una locura!
Y así, de la mano de Robert Tuesley Anderson, podemos preparar un delicioso pan de sidra de manzana de Cricava (que es el primer destino de Frodo tras abandonar Bolsón Cerrado) o unos interesantes pinchos de rape y langostino de Umbar (lugar de procedencia de los corsarios enemigos de Gondor). Pero es que también podemos hacer Galletas de mantequilla de Nipherdil, o incluso empanadas de puerro y setas del Dragón Verde. Me ha encantado que debajo de cada receta encontremos una explicación de cuándo aparece en los libros originales y cuál es su origen. ¡Es de lo más entretenido! Además, el libro está dividido en las diferentes comidas que podemos hacer (desayuno, segundo desayuno, tentempié de las once, almuerzo, hora del té, cena y para beber), para que no se nos acaben las ideas.
Y aquí es cuando tengo que ir al grano, ser sincera y decir que la cocina no es lo mío. Es decir, me encanta comer, pero odio cocinar. Si tuviera que cocinar yo en casa me alimentaría a base de judías verdes cocidas y pollo a la plancha. Fácil, sencillo y para toda la familia. Sin embargo, se me hace la boca agua viendo las recetas de las decenas de libros de recetas que he terminado por coleccionar—aunque después no las use—. Pero por suerte, tengo en casa un cocinillas al que le encanta experimentar y pasarse horas y horas entre los fogones. Este libro es para él, porque sé que se lo va a pasar genial investigando estos platos tan peculiares (y cuyos ingredientes son fáciles de encontrar, esto es importante apuntarlo) y yo me lo pasaré genial probándolos. Sí, formamos un buen equipo. Y es verdad que yo no creo que me ponga el delantal para comprobar cómo cocinaban los Elfos, pero sí que he cogido muchísimas ideas que aplicaré a mis novelas en un futuro.
En definitiva: ha sido muy curioso enredar entre estas Recetas del mundo de Tolkien y va a ser todavía mejor ponerlas en marcha. ¡Ya os contaré qué tal quedan!
Hoy he hecho la receta del pastel de carne y la he seguido tal cuam confiando que quien la ha escrito tiene criterio, y luchando contra mi sentido común culinario, que no es malo, y la verdad es que no debería haberlo hecho. Un meat pie donde no se cocina antes la carne?! Pero la tonta yo, por hacerle caso. Este libro tiene más de fantasía que de cocina 😓