Reinas Malditas

Reinas Malditas, de Cristina Morató

Es sabido que ningún título real o cargo aseguran a las personas la felicidad o les permiten tener una vida completa. La ingenuidad quedó para los cuentos de hadas que son simpáticos de recordar y que nos permiten soñar por un rato. En Reinas Malditas, Cristina Morató retomó la historia de vida de seis reinas que, en los últimos siglos, ocuparon espacios de poder en las cortes de Europa pero que tuvieron vidas convulsionadas y llenas de tensiones en el propio seno de su familia y hogar.

No es la intención caer con esta reseña en lugares comunes, y tal vez puede resultar injusto sólo detenernos en las historias personales de las reinas, apartándonos un poco de los escenarios y situaciones de las épocas en las que vivieron. Sin embargo, se puede interpretar que la propuesta del libro es enfocarnos en las historias a nivel personal y tomarlas como historias de  vida, aprovechando los condimentos que las convierten en tan asombrosas para quienes vivimos en estos tiempos. La época en la que vivió cada una, combinada con el sistema en el que estaban inmersas desde su nacimiento, es lo que colocó a estas reinas en una posición privilegiada al contar con las posibilidades únicas de transcender la historia no sólo por su nombre sino también por su legado.

Interesante recopilación e investigación realizó la escritora y periodista al elegir seis reinas y comentar de manera detallada su vida, desde su nacimiento hasta su muerte. Las personalidades que son mencionadas en este libro incluyen a María Antonieta, la Emperatriz Sissi, Eugenia de Montijo, Alejandra Romanov, Cristina de Suecia y Victoria de Inglaterra.

Al leer  el libro es posible reconocer ciertas historias de algunas reinas que han tenido mayor exposición. De todas maneras, todos los relatos resultan muy interesantes pues se pueden notar los rasgos que las hicieron realmente vulnerables como la tristeza, el desamor, tragedias personales, relación conflictiva con sus hijos y maridos, la ambición de dejar un legado y las responsabilidades de su cargo. También sorprende que, en un ambiente manejado mayoritariamente por hombres, sus decisiones hayan sido respetadas y a pesar de que parecieran dóciles muchas veces fueron sus opiniones las que se impusieron en las cortes  a disgusto de muchos otros familiares y colaboradores.

Libros como Reinas Malditas descubren una fachada que suelen tener los personajes históricos y que se parecen mucho a los retratos que se solían hacer de ellos. Es decir, se intenta descubrir que detrás de la pose, los trajes y los rituales, existían personas que cargaban con su propia historia y que necesariamente no pensaban o actuaban de manera predecible.

Por último, un detalle que hace resaltar a Reinas Malditas es su prosa hábil y muy llevadera, además de la cantidad de datos históricos y anécdotas que sin duda enriquecen el relato y lo hace más humano. Así, este libro es ante todo una recopilación de historias de vida que trascendieron en muchos casos por ocupar posiciones de poder pero que no se alejaron de vivir las miserias que todo ser humano en esta tierra ha experimentado.

Georgina Marrapodi