Retórica bélica

Retórica bélica, de Arundhati Roy

Recuerdo perfectamente cómo conocí a Arundhati Roy. Fue en un kiosco. Entré a comprar el periódico y me fijé por casualidad en una de esas colecciones con oferta de lanzamiento: dos novelas de la mejor narrativa de Anagrama a un precio irrisorio. Aquellos dos libros eran ‘Seda’ y ‘El dios de las pequeñas cosas’. Los compré por impulso y desde entonces los llevo conmigo en un rincón del corazón, pues fueron de esas lecturas que lo conmueven a uno especialmente.

Caso curioso; después de casi diez años no había vuelto a leer ni a Baricco ni a Arundhati Roy. Pareciera como si aquellos dos libros me hubieran resultado tan especiales, tan llenos de magia y encanto, que tuviera el mismo miedo a reencontrarme con sus autores que el de un amante con su amada idealizada. Más aún en el caso de la escritora india, y es que ‘El dios de las pequeñas cosas’ me pareció una novela brutal y enternecedora, prodigiosa, hermosa e insuperable. Lo mismo debió de pensar ella: no ha vuelto a escribir otra.

Pero ni la literatura, ni mucho menos la vida, terminan con la novela. Arundhati Roy ha escrito mucho y vivido aún más en esta última década. Activista política, defensora de los derechos humanos y firme enemiga de la globalización económica impuesta por las grandes multinacionales, ha publicado multitud de ensayos, entrevistas y artículos de opinión. Algunos de ellos se recogen en este volumen bajo el sugestivo título de ‘Retórica bélica’.

Los artículos fueron escritos entre los años 2001 y 2003, en el contexto de una  política global que todos conocemos: los ataques terroristas a las torres gemelas y el pentágono, y las posteriores invasiones del ejército estadounidense en Irak y Afganistán. Quizás lo que a muchos de nosotros nos resulte menos conocido sean las circunstancias sociales de la India, su país natal, sometida en aquellos años (y aún hoy) a graves y sangrientos enfrentamientos religiosos, así como a una globalización económica en forma de grandes privatizaciones y expropiaciones de las tierras a los más pobres.

De todo ello nos habla Arundhati Roy sin demasiada objetividad pero con una innegable pasión, espíritu combativo y sed de justicia social. Y con talento, porque la excelente escritora que es también se refleja en el terreno de la no ficción. Así su prosa destila una poesía latente que ejerce de contrapunto necesario para los cientos de datos y referencias que pueblan sus páginas.

El resultado es una lectura amena y reflexiva, un tanto sectaria por momentos, pero hay que entender el momento en que fueron escritas: la famosa búsqueda de armas de destrucción masiva en Irak y la política de ataque preventivo ejercida por Bush hijo y la industria militar norteamericana. Por eso me han parecido mejores y más sosegados los ensayos que hablan sobre la situación social en la India. Son artículos escritos desde un conocimiento muy personal de los hechos, donde la emoción y el desgarro que Arundhati Roy imprime a sus palabras nos resultan mucho más genuinos que la militancia antiimperialista enarbolada en algunos de sus otros textos.

Un libro muy recomendable pese a alguno de sus defectos, ya que siempre es bueno darle una vuelta de tuerca a los hechos, mirar la realidad que tratan de vendernos desde un punto de vista distinto y sacar entonces nuestras propias conclusiones. De paso, quizás sea también una buena oportunidad para despertar nuestro interés por algunos de los autores que la autora cita y utiliza de referencia, con especial vehemencia por Noam Chomsky.