Reseña del cómic “Revival Compendium Vol. 1” de Tim Seeley y Mike Norton
Algo sabía ya de los cómics de Revival. Sabía, por ejemplo, que estaban bien considerados y que la cosa iba de redivivos, aunque de eso último ya se encarga el título de despejar dudas. Pero es que, después de abandonar por aburrimiento a los zombis de The Walking Dead (tanto en formato cómic como en serie), pocas ganas me quedaban de empezar otra serie en rústica con muertos andantes o arrastrantes como protagonistas. Y es que llegó un momento (y todavía estamos viviéndolo, sin ir más lejos hace un par de meses pudimos ver El ejército de los muertos, de Zack Snyder, que telita, por cierto) en el que los apocalipsis zombis se pusieron de moda por alguna extraña razón aún no descubierta. Pues eso. Saturación del temita. (Donde estén unos buenos vampiros…)
Lo que no sabía era que la trama era, aparte de sobrenatural, noir. ¡Cagüenlaputa! ¡Eso había que remediarlo a cualquier precio! Así que ahora que llega un recopilatorio de las manos de Aleta y con él la oportunidad de engancharme desde el principio y sin necesidad de leer sus historias de cinco en cinco números con incómodos parones hasta la salida del siguiente rústico no he querido desaprovechar la ocasión, que ni es calva ni tiene un pelo de tonta, y me he dispuesto a desfacer el entuerto.
A ver, vayamos aclarando cosas. Revival no va de los zombis que estamos acostumbrados a ver (zombis que andan o zombis que corren) arrastrándose todo andrajosos en busca de cerebros frescos que llevarse a la podrida boca. Los “resucitados”, que es como aquí se van a llamar son aproximadamente una veintena, han vuelto a la vida todos el mismo día y en una misma pequeña población llamada Wausau, en Wisconsin.
No se sabe el motivo de tal “milagro” y la población se va a ver confinada como si estuviera viviendo una pandemia. Hay controles perimetrales en sus fronteras. Mucha gente de fuera quiere entrar y otros muchos de dentro quieren irse. Curiosos, fanáticos religiosos, científicos, periodistas lucharán por sus intereses…Lo típico.
El arranque es original, impactante, gore… Imaginaos que están incinerando un cadáver y que justo cuando está en marcha el horno el muerto sale de este en llamas. El horror padre. Eso ya te engancha para seguir leyendo una buena tacada de páginas.
Esta situación anómala va a provocar también un negocio colateral derivado del tráfico de órganos de muertos. La gente de fuera pagará por ellos como si fueran reliquias de santos.
Pero al margen de todo esto, y aunque a veces con tantas tramas cruzadas con las que vamos a toparnos parece olvidarse, se ha producido un asesinato y todos, tanto vivos como muertos, son sospechosos. La agente Dana Cypress, hija del sheriff, tendrá que lidiar con todo esto en primera persona a la vez que tratará de descubrir, pues le toca de lleno, al asesino, sea este del equipo de los vivos o del de los resucitados.
La historia es ágil y tiene varias tramas que se alternan y leen con placer. Repito lo ya dicho, a veces el autor parece olvidar la que yo creo que es la trama troncal, la de investigar el asesinato, pero no importa pues los otros arcos argumentales son igualmente atractivos y reflejan fielmente las consecuencias de la “anomalía biológica” así como la esencia del noir: la miseria humana, la oscuridad subyacente, los vicios, las carencias de las personas, los secretos y, en definitiva, lo mierda que podemos llegar a ser a veces…
Por si fuera poco, tiene algunas viñetas que si fueran llevadas al cine a más de uno le harían saltar del asiento y encoger los dedos (y los dientes).
El dibujo es funcional y aunque no destaque por su arte es efectivo y cumplidor.
Para acabar quiero aclarar que pese a que hay resucitados, la trama, por decirlo de alguna forma, tira más por el palo realista que por el fantasioso o sobrenatural, y se agradece.
Revival Compendium vol. 1 recopila los once primeros números de la serie. Una serie que me ha divertido, que tiene unos protagonistas y secundarios bien construidos y una trama bien armada, con momentos que unas veces acaricia lo gore y otras veces el humor negro.
Recomendabilísimo.