Christian Gálvez nos dejó en su anterior novela con una imagen muy concreta en la mente de cómo era el retrato social y político de los siglos XV y XVI. Los Medici, los Pazzi, Roma, Florencia, el Vaticano…Fueron años tan prolíficos en Europa para el desarrollo de la sociedad, el arte, la ciencia y la política que cuesta abarcar todos los logros a los que llegaron algunos de sus ilustres ciudadanos. Es precisamente esto lo que intenta Gálvez mostrarnos esta vez. Esa evolución social que se da en el ocaso de poder de la familia Medici y cómo la Iglesia, atemorizada ante las voces que se elevan entre una congregación hasta ese momento bajo control, hace lo imposible para no perder su Statu Quo. El descubrimiento de un nuevo mundo al otro lado del océano pone en evidencia a las Sagradas Escrituras y la aparición de personajes ajenos a la Biblia hace tambalearse los cimientos del mismo cristianismo. Entre tanto, un joven artista florentino partirá hacia los estados vaticanos para alcanzar la gloria con su talento.
Miguel Ángel abre el telón en esta función dejando un mensaje inquietante resonando en nuestras cabezas. ¿Realmente fue capaz el artista florentino de engañar a todos sus coetáneos dejando para la eternidad una obra que es descubierta como herética por la Iglesia? ¿Para qué ha ido el artista florentino realmente a Roma? ¿Cuáles son sus verdaderas intenciones? Todo esto y mucho, mucho, mucho más nos cuenta Christian Gálvez en “Rezar por Miguel Ángel”.
Estos libros no suelen durarme más de un par de días aunque éste, en concreto, me ha durado algo más. Lejos de ser mala señal, lo que ocurre es que Gálvez ha dado un golpe encima de la mesa con esta obra. El golpe me ha pillado por sorpresa y he tenido que replantearme la lectura. Si en su anterior “Matar a Leonardo da Vinci” ya dejaba claro que tenía un don especial para la tarea de documentación, aquí, ademas de confirmar mis sospechas, ha dado un paso adelante en la construcción narrativa. Ha subido un piso. Ha llegado a otro nivel. Se ve la evolución de Christian Gálvez como escritor con mayúsculas, alardeando de capacidad para ordenar una cantidad ingente de datos históricos (ya me gustaría ver la biblioteca de Christian) de manera que conformen una hilvanada linea temporal que vehiculiza la historia protagonizada por el genio florentino.
Por la forma de construir la historia parece que Gálvez estaba sobre aviso de la dificultad de construir una trilogía. En “Rezar por Miguel Ángel”, se ve que el autor no quiere adolecer de falta de contenido, síntoma generalizado en la construcción de este tipo de obras. No obstante, en esta trilogía de “Crónicas del Renacimiento”, Miguel Ángel gana por goleada a Da Vinci, haciendo una construcción de la sociedad renacentista digna de un libro de texto. Un libro de consulta. Hablaba en la reseña de “Matar a Leonardo Da Vinci” de las cosas buenas y cosas malas de ser un escritor mediático. Yo, tras leer “Rezar por Miguel Ángel”, ya le he quitado a Christian Gálvez la etiqueta de “mediático” para dejarlo sólo en “Escritor”. Ojalá siga por esta senda y en la última entrega tenga que catalogarlo en el “rosco” con una palabra que empieza por “C”.
La verdad es que el listón ha quedado alto para el pobre Rafaello Sanzio. Christian Gálvez ha dejado para el final al que es quizá el artista con menor peso histórico de los tres gigantes elegidos para protagonizar sus “Crónicas del Renacimiento”. El hecho de que la mayor parte de sus obras se guarden en los Museos Vaticanos quizá nos dé una pista de por dónde irán los tiros pero habrá que esperar hasta que esta última entrega vea la luz. Yo ya la espero con impaciencia porque en cuanto la termine de leer, la guardaré con mimo hasta el día que tenga que contarle a mi hija quiénes eran los tres artistas más grandes del Renacimiento italiano. ¿Quieres saber quién fue Miguel Ángel? ¿Quieres seguir conociendo cómo era el Renacimiento? ¿Quieres que te cuenten como eran las intrigas vaticanas? ¿Te ha pasado como a mí, que Gálvez te ha metido el veneno de ha Historia del Arte en el cuerpo? Pues no lo dudes, corre a la librería y hazte con un ejemplar.
De los comentarios que leí sobre “Rezar por.Miguel Ángel”, se echa de menos alguno sobre el estilo. Habría mucho que decir.