Uno de mis grandes temas pendientes como lector es la lectura de los grandes escritores del siglo XX. Sí, tiene delito, lo sé. Quiero leer a Conrad, quiero leer a Faulkner, a Borges o leer más de Gabo; y también quería leer a Nabokov, aunque siempre lo postergaba por la gran cantidad de novedades literarias que llegaban a mi buzón. Pero hay ocasiones que no se pueden dejar pasar, y el hecho de que Anagrama haya decidido editar una “Biblioteca Nabokov” con varios de sus mejores obras en formato bolsillo fue el empujón definitivo que me faltaba.
Ya de primeras, es imposible no quedarse prendado de la portada de Risa en la oscuridad, con esa ilustración tan llamativa de Henn Kim. El argumento, más sencillo, trivial y manido no puede ser. El autor no busca la sorpresa y ya en el primer párrafo del libro nos desvela todo lo que encontraremos en su historia. “Érase una vez un hombre llamado Albinus que vivió en Berlín, Alemania. Era rico y respetable, feliz, y un día abandonó a su mujer por una joven amante; amó, no fue amado y su vida acabó en desastre”. Los tríos amorosos, las infidelidades y los hombres mayores cortejando bellas damas es un tema ampliamente tratado tanto en el cine como en la literatura. Sin embargo, solo un gran literato como Nabokov es capaz de hacer de algo sencillo una obra interesante.
Risa en la oscuridad se sustenta en cinco personajes principales, de caracteres marcados y bien definidos. Unos personajes que gustan y enfadan a partes iguales, llevados siempre a situaciones extremas o inverosímiles, en ese juego que para el autor es la construcción de esta historia. Contado todo por un narrador omnisciente, vamos conociendo las dichas y desdichas que Albinus empieza a sufrir. Y aunque reconozco que al principio me costó entrar en la historia, una vez que te haces al ritmo de Nabokov, la historia va ganando en intensidad y la lectura pasa de ser algo plana a convertirse en una experiencia fabulosa.
La novela destaca por la versatilidad de su argumento y de sus personajes. El autor pasa de la comedia al drama con una habilidad pasmosa, componiendo escenas de un modo magistral. Sus personajes mezclan la muerte de un ser querido con un lío de faldas en apenas un par de páginas. Pero si algo tiene esta novela es humor, un humor muy al estilo de la primera mitad del Siglo XX. Las escenas destilan cierto aroma a vodevil, a esperpento e incluso, por qué no, a los grandes clásicos humorísticos del cine mudo.
Que leer a Vladimir Nabokov era un acierto no es decir nada que no sepan la gran mayoría de lectores, pues es algo que ya sabía de antemano antes de empezar la lectura. Pero lo que sí considero un acierto es haber empezado con una historia como Risa en la oscuridad, una novela que demuestra que un gran autor es capaz de convertir una historia sencilla en una gran obra de arte.
César Malagón @malagonc