Reseña del libro “Ritos iguales”, de Terry Pratchett
Una tortuga gigante llamada Gran A’Tuin nada por el espacio soportando sobre su caparazón a cuatro elefantes que sostienen un plano con forma circular. No, no es la última teoría conspiratoria terraplanista inventada por cuatro colgados pasados de cubatas que tienen mucho tiempo libre y conexión a Internet, es Mundodisco, un lugar de fantasía lleno de magos, brujas, trolls y todo tipo de seres fantásticos que fue inventado hace casi cuarenta años, mucho antes de que se pusieran de moda las conspiraciones de dominación mundial basadas en no haber prestado atención en la E.S.O.
Antes de la reseña particular del libro me veo en la obligación de introducir un poco la saga Mundodisco, cuya primera publicación fue en la década de 1980, contando actualmente con más de 50 entregas. Todos los libros transcurren en el mismo universo, pero cada uno es independiente de los demás y tiene una trama cerrada, lo que permite leer de manera independiente cualquiera de ellos. Aun así, los libros de Mundodisco se pueden agrupar en varias ramas con personajes comunes (la rama de los magos, la de los guardias…). Una de estas ramas es la de las brujas, donde situamos Ritos iguales. Mundodisco trata los clásicos de la fantasía desde un punto de vista diferente, con un trasfondo que puede adaptarse a nuestro mundo y un humor sarcástico muy característico de Pratchett que va desarrollándose con cada entrega.
Con este libro fui sobre seguro. Si bien la fantasía no es un género que me apasione, las novelas de Mundodisco son la excepción. Empecé sin dudas de que me iba a encantar y así ha sido, colocándolo como uno de los mejores de la saga. Ritos iguales me ha hecho sentir que estaba leyendo un libro totalmente actual a pesar de su antigüedad, ya que tiene un humor que no ha desfasado ni se ha vuelto carca con los años, como sí les pasa a muchas series y libros de los 80 o incluso más actuales.
La historia comienza en Culo de Mal Asiento, un pueblo montañoso y apartado donde un mago a punto de morir quiere pasar sus poderes a un recién nacido. Lo que podría ser un comienzo clásico y sencillo nos marca el camino de toda la historia al ser este bebé una chica, un error del mago que trastoca los cimientos de la magia de Mundodisco, donde las mujeres no pueden ser magos, sólo brujas o en todo caso hechiceras. Con este conflicto el escritor británico nos muestra a través de Esk (así es como se llama la protagonista y niña predestinada a ser mago) los conflictos de la discriminación y de la búsqueda de la igualdad de género, la falta de sentido de muchas normas estipuladas y cómo cuando alguien las cuestiona es sometido a burla.
Si bien en este libro, que es el tercero de la saga por orden de publicación, aún no se ha desarrollado todo el estilo humorístico que aparecerá en libros posteriores, tiene momentos en los que no he podido evitar soltar una carcajada sonora de esas que hacen que la gente del vagón del metro te mire. Los constantes contrastes entre brujas y magos y las situaciones disparatadas que viven los protagonistas hacen que el paso por un tema tan serio como la desigualdad y la discriminación sea llevadero y te diviertas al mismo tiempo que alcanzas reflexiones profundas.
Ritos iguales me ha encantado. La constante muestra de los conflictos sociales, el afán de superación de los que luchan y las repetidas comparaciones sutiles con la realidad hacen que sea una lectura entretenida y que te hace reflexionar de vez en cuando, momentos en los que te sorprendes parando de leer, mirando al vacío y recordando situaciones que has vivido. Desde luego, una recomendación para todo el que sea amante de la fantasía, ya que podrá captar muchísimas referencias a lo largo de la lectura.
Si tras leer esta reseña sientes ganas de adentrarte en Mundodisco, este libro es una buena opción para iniciar la aventura y empezar a familiarizarte con algunos de sus personajes y el Gran A’Tuin.