Ritos iguales, de Terry Pratchett
Reseñar los libros de una saga suele ser complicado, corres el riesgo de repetirte, de volver a contar lo mismo sobre el autor y sobre su estilo de escritura. Aunque claro todo eso cambia cuando entramos dentro de un género tan libre como la Literatura fantástica, comienza a perder su significado cuando hablamos de un autor como Terry Pratchett , y si, como es evidente y ya habéis adivinado, carece de todo fundamento cuando nos referimos a una saga tan dispar y especial como es Mundodisco.
¿Por qué comienzo de éste modo la reseña?. Pues porque si os habéis adentrado como yo en la saga Mundodisco siguiendo el orden en que se publicaron las novelas, olvidaos de Ricewind, olvidaos de Dosflores y decir hola a Yaya Ceravieja y a Eskarina. En Ritos iguales cambiamos a dos protagonistas masculinos por dos mujeres, y esto tiene mucha más importancia de lo que parece en un principio, porque nos encontramos ante un libro que bajo su apariencia de novela desenfadada, juvenil y humorística es un auténtico alegato contra el machismo.
Ya desde el comienzo el autor nos da una pista de lo que nos vamos a encontrar, el título original “Equal Rites” tiene el mismo sonido que “Equal Rights”, igualdad de derechos, y con éste juego de palabras Pratchett comienza a introducirnos en lo que será el tema fundamental de ésta entrega de Mundodisco, la lucha de sexos.
No soy demasiado partidario de desvelar demasiado de la trama de los libros, pero en éste caso creo que entenderéis mejor de lo que estoy hablando si os introduzco un poco en el comienzo del libro. En una herrería de culo de mal asiento, se va a producir un hecho muy especial, va a nacer el octavo hijo de un octavo hijo (los ya iniciados ya conoceréis la importancia del número ocho en ésta saga) y hasta allí ha llegado un misterioso mago llamado Leño Tambor, este nacimiento es la ocasión que buscaba para ceder su cayado y con ello todo su poder al recién nacido, cuando un mago está a punto de morir debe dejar su lugar a un nuevo ser, y a Leño Tambor apenas le quedan seis minutos de vida, esta premura hace que ninguno de los presentes haga caso de las quejas y reproches de la comadrona, al fin y al cabo Yaya Ceravieja solo es una bruja y si un poderoso mago ha llegado hasta allí es porque sabe lo que se hace, así que ya es demasiado tarde cuando observan un pequeño pero muy importante detalle, el bebé es una niña, pero una vez se ha realizado la ceremonia ya no hay vuelta atrás, la primera maga acaba de llegar a Mundodisco.
Así comienza Ritos iguales quizás el libro menos humorístico y desenfado de los leídos hasta ahora dentro de la Saga Mundodisco, pero no por ello peor ni mucho menos, el humor deja paso a las aventuras en las que no faltarán algunos momentos de enredo muy del estilo Pratchett y según vayáis avanzando en la lectura el relato os irá dejando el poso de lo que el autor intento conseguir con éste texto, divertir a la vez que realizar una denuncia y crítica social que no ha perdido actualidad a pesar del paso de los años de la publicación del libro. Pero dejémonos del aspecto político y volvamos a lo que aquí nos ocupa que es la literatura, en el largo viaje hacia la Universidad Invisible junto a Yaya Ceravieja y Eskarina viviremos aventuras, descubriremos nuevos compañeros y reiremos como siempre hacemos con las obras del genio de Beaconsfield, lo cual solo me puede llevar a una frase para finalizar la reseña: “Larga vida a Mundodisco”.
Óscar Rodríguez (@orc1979)