Ritual de combatir desnudo, de Alfredo Rodríguez
Arte de Amar
Me llorase sincera con sus lágrimas,
antes de que Fortuna cambiara por completo
dejándome a su paso fuego y muerte
-no hay cabalgada que valga sin fuego
ni muerte a quien sus huestes intimiden-;
y me hiciese odre de su vino amargo
una vez que mi espíritu descanse,
mezcla de Azar y de completo olvido,
a decir de los sabios;
oh Amor, consumir aquel feliz sosiego,
ser el humo que asciende,
la regeneración en nuestras vidas,
agua sobrante sobre tierra como alimento.
Junto a la pira donde Amor ardió
QUIÉN, quién como siempre, quién
con insignias de mando
te convierte en raíz
de forma velada, quién
que termina por hacer de la vida
dominio luminoso;
y alguien toma por cierto
-prodigiosa apariencia-
lo que no es sino mentira y vileza,
piedra de sillería
en un templo arrasado,
vano intento por restablecer el Orden perdido;
quien vive así su dolencia
no tiene perdón ni privilegio.
Así son los poemas de Alfredo Rodríguez, en los que pretende conseguir, como él mismo dice: “un diálogo de tú a tú con la tradición cultural mediterránea, a la que me considero adscrito como poeta. Sin esa visión cultural viva, no hay obra. Tan sólo una ilustración o un decorado.”
Leedla, leedla en voz alta, que os entre su poesía por todos los sentidos posibles hasta llegar a lo más profundo de vuestro ser, hasta que tiemble vuestra alma o sintáis como ha temblado la del propio poeta al mostrarse ante nosotros, desnudo y en continua lucha.
Os dejo esta imagen del poeta, en este caso pacíficamente… vestido.
Susana Hernández
Un placer leer tu reseña y un placer leer (mejor en voz alta, tienes razón) estos poemas, a la vez tan modernos y tan clásicos. Un acercamiento muy interesante a lo homérico, tan olvidado.
Gracias Javier, siempre resumes muy bien lo que yo quiero decir en mis reseñas; y es que así he visto exactamente los poemas de este poeta, modernos y clásicos al mismo tiempo.
Un abrazo!