En Roma Victoriosa, que reseñamos anteriormente, Javier Negrete nos permitió conocer Roma desde el momento de su fundación hasta el año 146 antes de nuestra era, tras la conquista de Macedonia y Grecia. Así, logramos entender “cómo una simple aldea italiana llegó a conquistar la mitad del mundo conocido”, pero cuando queríamos más, las páginas se terminaron y nuestros deseos eran solo uno: leer la segunda parte de esta probable trilogía sobre la Ciudad Eterna, leer Roma Invicta.
Y Roma Invicta no defrauda, pese a que, a mi parecer, tenga que explicar una de las etapas menos “famosas” de la historia romana, o si queremos llamarlo de otra manera más moderna y trivial, deba referirse a aquellos tiempos menos hollywoodenses o taquilleros. Así como el primero de los libros nos atrapaba con la mítica fundación de Roma y personajes como Escipión el Africano, Anibal o los siete reyes romanos y así como la tercera parte seguramente se referirá a los reconocidos emperadores, esta segunda pieza narra los sucesos acaecidos entre el año 146 antes de nuestra era hasta la muerte de Julio César.
No obstante, ésta no tan escrita etapa romana, es tal vez, una de las más importantes, porque es aquí y no antes ni después, cuando se genera el caldo de cultivo y todas las batallas que harían que los romanos se levantaran un día y descubrieran que así como alguna vez pasaron de tener reyes a defender una república, ahora esa república, aunque no en los papeles, había desaparecido, para dar comienzo a la saga de emperadores que engrandecería Roma, pero que también la destruiría.
Desde la conquista de Grecia en 146 a.C hasta los Idus de Marzo, desfilaron personajes interesantísimos que Javier Negrete se encarga de humanizar. Así viviremos la tercera guerra púnica que derivaría en la desaparición de Cártago gracias a la acción de Escipión Emiliano, sentiremos in situ las reformas de los hermanos Graco que derivaron en tensiones sociales (con muchos muertos) y conoceremos a dos muy grandes generales: Mario y Sila, autores de grandes conquistas y hazañas pero también de una guerra civil lamentable. Es que Negrete logra plasmar muy bien la forma de ser de los romanos de aquellos tiempos, quienes en su ambición y deseo de gloria personal no dudaban en matarse entre ellos: su fama y crecimiento en primer lugar, dejando en segundo plano sus obligaciones políticas y militares. Cualquier parecido con la realidad actual no es pura coincidencia: todos somos un poco Roma.
Cabe destacar, una vez más, la excelente edición de tapa dura que nos presenta La Esfera de los libros, que se complementa con muy buenos mapas de las ciudades y las batallas, además de un intento de adaptarse a los nuevos tiempos, que sin embargo, queda inconcluso. Me refiero a la inclusión de Códigos QR, esos que al visualizarlos con el móvil nos enlaza a una página de Internet donde podemos obtener más información o ver algún vídeo. La idea es excelente, pero lamentablemente los enlaces están rotos y llevan a una página que no funciona.
La segunda mitad del libro es apasionante, con la aparición, crecimiento y caída de dos de los grandes hombres de esos tiempos: Pompeyo y Julio César; así, recorreremos las conquistas en Oriente por parte del primero y de las Galias por parte por parte del segundo, lo que derivará, una vez más, producto de la ambición sin fronteras, en un nuevo enfrentamiento que conmovió a todo el mundo conocido.
A lo largo de casi 700 páginas, Javier Negrete nos lleva de paseo por las calles de Roma, nos enseña historia de manera amena y lúcida y nos vuelve a dejar con sensación de “quiero más”, que solo se saciará con la lectura de la tercera parte de esta ¿trilogía? que tanto esperamos los amantes de Roma.