Sal con alguien que no lea, de Charles Warnke y Laura Ferrero

En enero de 2011 salió publicado por primera vez en la revista digital Thought Catalog el texto titulado Sal con una chica que no lea y cuyo título original es You should date an illiterate girl. Su autor es Charles Warnke, escritor hawaiano residente en San Francisco. En seguida el texto se hizo viral en las redes y fue propagándose, de aquí para allá, con esa facilidad y instantaneidad tan característica de Internet.  Un relato breve, pero que proporciona un gancho limpio y directo al corazón. Sobre todo al corazón de los lectores. En él, Warnke nos hace reflexionar sobre la posibilidad de salir con alguien que no lee o con alguien que lee. Es decir, de adentrarte en una relación plana, fácil, sencilla y maleable o ser valiente, o quizás masoquista, y preferir una relación que no va ser fácil, pero que a cambio estará llena de sorpresas y giros inesperados. Tú decides.

La combinación literatura y amor, tantas veces explotada, aparece en el genial texto de Warnke en forma de puñalada. Porque, como os decía antes, leer este texto y salir indemne se me antoja imposible. Es cierto que con tan solo unas líneas, es capaz de tocarnos la fibra más sensible, hacernos reflexionar y cuestionarnos nuestra relación con la literatura y el amor. ¿Se le puede pedir algo más a un relato?

La verdad es que ya había leído este texto en Internet hace unos años. De hecho, en España también fue bastante viral y era raro no encontrártelo o que alguien te lo reenviase. Sé que me gustó en su momento, pero tampoco le di mayor importancia. Además, luego vinieron los valientes que se atrevieron a copiar la idea de Warnke y creo recordar que he leído varias versiones del texto original. Ahora, con el paso del tiempo, me ha gustado reencontrarme con él y saber apreciarlo más. Quizá el gancho haya sido ahora bastante más doloroso que hace unos años. Ya se sabe, la vida.

La editorial Alfaguara ha querido rendir homenaje al famoso texto publicando Sal con alguien que no lea, un libro que recoge el relato de Warnke y que, añade, además un relato inédito de la brillante Laura Ferrero. Todo esto acompañado por unas inspiradísimas ilustraciones de María Hergueta. El resultado es, pues, un maravilloso homenaje a la literatura y al amor y, por ende, al amor a los libros.

Siendo sincera, tengo que admitir que el relato de Laura Ferrero, titulado Miedo me ha gustado bastante más que el de Charles Warnke. Es algo con lo que contaba, porque mi historial de lectura con Ferrero nunca me ha dejado indiferente: Qué vas a hacer con el resto de tu vida y El amor después del amor.

Cualquier lector al que le lata el corazón, que creo que somos todos los aquí presentes, y que disfrute de la literatura encontrará en Sal con alguien que no lea un perfecto consuelo y un intenso disfrute. Repito, ¿se le puede pedir algo más a la literatura?