Salinger, de David Shields y Shane Salerno
J. D. Salinger no fue un hombre feliz. Vivió con la losa de haber escrito una de las novelas que marcarían el siglo XX, que seguiría su éxito hasta nuestro siglo, y dio la espalda al mundo cuando el mundo sólo quería verle a él. Por eso no fue feliz. Pero en esta vida, como en todo, hay claros y sombras, pequeños huecos por los que identificar un atisbo de felicidad, o quizá de simple resignación. Él fue Holden Caulfield, y Holden Caulfield fue él. La guerra, las mujeres jóvenes, la escritura, su deseo de estar solo, de que todo el mundo le dejara en paz, convirtió a un autor en la leyenda que hoy es. Se dice que quien ha leído El guardián entre el centeno acaba engrosando la lista de dos tipos de personas: la que lo entiende y ya no puede ser igual, y la que no lo entiende y no termina de comprender lo que una novela así supuso para el mundo. Fue, pues, el autor de una generación, el autor que recondujo con su única novela a un siglo que le haría convertirse en un autor adorado y odiado a partes iguales. Pocas veces pronunció su voz en una entrevista, pocas veces se acercó a su público y les demostró lo que llevaba en su interior. No fue un hombre feliz, pero sí atormentado. Él sólo quiso escribir y el mundo lo convirtió en un fenómeno de masas. Eligió un estilo de vida que pocos entenderíamos, pero que anima a descubrir que lo que hay detrás del hombre es mucho mayor que la ficción que se ha escrito sobre él. Su vida, por fin, ha sido narrada. Su vida, para su desgracia, podemos conocerla en estos mismos momentos.
Pocas veces me siento atraído por biografías. Son contadas las ocasiones en las que mi mente se queda fija en un libro que cuente la vida de un escritor o de algún personaje relevante para el mundo. Pero si juntamos varios factores, entenderéis por qué Salinger no podía dejarla pasar: la primera, que su novela más conocida, El guardián entre el centeno supuso una bofetada para un joven chaval que empezaba a leer y se encontraba en plena adolescencia; la segunda, que la imagen oficial del autor no era otra que la de un ermitaño que había hecho todo lo posible por retirarse de la vida pública sin conceder ni entrevistas ni la posibilidad de fotografiarlo y, la tercera, que siento una atracción demasiado fuerte hacia este escritor, no sé muy bien describir por qué. Por ello, cuando descubrí que esta biografía aparecería en las librerías froté mis manos y supe que tenía que leerla, que la necesidad era enorme. Descubrir en su interior a un J. D. Salinger que desconocía ha sido todo un desconcierto: soldado en la II Guerra Mundial descubriría con sus propios ojos el horror y eso le canjearía convertirse en el escritor famoso que fue, la necesidad de unir su vida a relaciones que siempre se destruían, esa voluntad férrea por no querer entender al mundo, porque lo que para él era realmente importante no era más que la escritura, su familia, sus textos, sus amigos y editores, sus críticos y los antiguos amores, que hablan de una persona que fue aquella que hizo temblar al mundo con una novela que apenas ocupa 200 páginas y que describió, a la perfección, la apatía propia de una edad por la que todos pasamos.
Salinger es una biografía, cierto, pero también es un relato de una época, de toda una generación, que compartió a través de la literatura el camino a la edad adulta. Interesante, entonces, para todos aquellos que quieran descubrir cómo se forja un escritor, como crece, como incluso muere a pesar de seguir con vida, y cómo los fantasmas de una guerra transforman al hombre y lo convierten en héroe. No en un héroe mediático, pero sí en un héroe privado. Recorrer la vida de alguien no es fácil: uno siente, a veces, que está profanando una intimidad que no le ha sido dada de buenas formas, pero aunque parezca una obviedad, era este un libro necesario. La vida de J. D Salinger fue lo que él quiso que fuera, y esa libertad sólo puede tenerla un genio que agarra bien fuerte la realidad y la expulsa más allá del horizonte. Es, por tanto, una vida llena de literatura, llena de mujeres y de relatos, es una vida sobre la religión, sobre las guerras internas y las externas, sobre cómo un hombre salió de la nada más absoluta y se convirtió en todo lo que los lectores esperaban de él. Sólo que él no esperaba nada de él mismo, en realidad. Él, como lo refleja esta biografía, sólo creía que importaba una cosa, una simple cosa que tan compleja es tanto en sus formas como en su interior: la escritura. Y eso, por mucho que intente discutirse, es la gran verdad que tanto en Salinger como en otros textos del autor, nos une por encima de todo.
Me interesa el taller
No sé a qué taller te refieres Maria Inés, en cualquier caso, el libro se trata de una biografía de J.D. Salinger, así que léelo porque se descubren muchas cosas interesantes sobre él y sobre la literatura y la Historia del mundo.